El cardenal Becciu, culpable - Alfa y Omega

El cardenal Becciu, culpable

El Tribunal vaticano considera que ha malversado los fondos de Secretaría de Estado y lo condena a cinco años y seis meses de cárcel. Su abogado anuncia que apelarán la sentencia

Ángeles Conde Mir
Los jueces Venerando Marano, Giuseppe Pignatone y Carlo Bonzano mientras leían el veredicto del caso Becciu
Los jueces Venerando Marano, Giuseppe Pignatone y Carlo Bonzano mientras leían el veredicto del caso Becciu. Foto: CNS Photo / Vatican Media.

El Tribunal vaticano presidido por Giuseppe Pignatone ha dictado sentencia: El cardenal Giovanni Angelo Becciu es culpable de malversación. Ha sido condenado a cinco años y seis meses de prisión, a una multa de 8.000 euros y a la inhabilitación permanente para cargo público.

La Fiscalía vaticana de Alessandro Diddi solicitaba para el cardenal siete años y tres meses de prisión, mientras que su defensa pedía la absolución. El cardenal Becciu ha sido el primer eclesiástico juzgado por un tribunal ordinario participado por laicos en virtud del motu proprio del Papa Francisco que firmó en 2021.

Termina así el juicio más largo que se ha vivido en el Vaticano. Ha durado dos años y medio y se ha prolongado durante 86 sesiones, incluida la de este sábado. Desde el 27 de julio de 2021 hasta este 16 de diciembre, han sido más de 600 horas de proceso con 69 testigos y una mole de miles de documentos presentados por las defensas de los diez imputados. Además de Becciu, han sido procesados Enrico Crasso y Fabrizio Tirabassi, empleados de Secretaría de Estado; los responsables de la entonces Autoridad de Información Financiera vaticana, René Brülhart y Tommaso Di Ruzza; o los financieros Raffaele Mincione y Gianluigi Torzi.

Este último ha sido condenado a seis años y Mincione a cinco. Son dos personajes clave en la ruinosa compra del número 60 de Sloane Avenue, un lujoso edificio en Londres que fue una sede de los famosos almacenes Harrods. Con Becciu como Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, la Santa Sede pagó por el edificio cerca de 350 millones de euros cuando el valor de mercado era de unos 210 millones de euros. En el camino estos intermediarios, Torzi y Mincione, se habrían hecho con cuantiosas mordidas que han sido también objeto de este proceso. En 2021, la Santa Sede logró vender el edificio de la vergüenza perdiendo cerca de 140 millones de euros en la operación.

También culpable por otros dos asuntos

El cardenal también ha sido declarado culpable de derivar ilícitamente unos 125.000 euros de la Secretaría de Estado a la cooperativa SPES de la que era titular uno de sus hermanos y estaba vinculada a Cáritas en su Cerdeña natal.

Entre las operaciones de las que era responsable Becciu también se encuentra el pago de una cuantiosa cantidad de dinero a Cecilia Marogna quien se autopresentaba como analista de seguridad y experta en geopolítica. Ofreció sus servicios a Becciu para, presuntamente, trabajar en la liberación de distintos religiosos secuestrados en Asia y África, en concreto, la de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez.

Sin embargo, Marogna no tuvo papel ninguno en este caso, aunque sí que fue pagada para ello. En concreto, 570.000 euros que la supuesta intermediaria empleó a la postre para adquirir artículos de lujo. En distintas declaraciones para la televisión italiana afirmaba que necesitaba esos artículos como tarjeta de presentación para tratar con personajes internacionales al más alto nivel. La presunta experta los definía como «bienes instrumentales». El cardenal también ha sido declarado culpable por la malversación de esta suma de dinero, así como Cecilia Marogna, también imputada en el proceso, a quien el tribunal condena a tres años y nueve meses de reclusión.

Por último, la sentencia establece que los condenados tendrán que pagar una indemnización por daños y perjuicios en favor de la Santa Sede por un importe superior a los 200 millones de euros.

«Reiteramos la inocencia del cardenal Angelo Becciu y apelaremos», ha revelado Fabio Viglione, el abogado defensor de Becciu, tras la lectura de la sentencia.