Espías: alegría, pasión y valores para los más pequeños - Alfa y Omega

Es difícil el teatro dirigido a un público infantil. Ha de tener los ingredientes necesarios para atraer a unos pequeños espectadores muy exigentes, y la capacidad de enganchar de alguna manera a los mayores, porque los niños no tienen por costumbre ir al teatro solos.

Cuando los padres llevamos a nuestros hijos a una función, lo hacemos con la esperanza de que un grupo de actores sean capaces de contagiarles esa alegría vital que desprende el arte de Talía. Secretamente, algunos nos ilusionamos con la idea de que les invada ese gusanillo que te atrapa y no te suelta a lo largo de tu vida, y que te proporcionará tantos momentos de placer y plenitud. Y si además la alegría y la pasión van acompañadas de la transmisión de una serie de valores que les puedan ayudar a hacer de sus vidas algo más que una lucha por un currículo, una posición social y un «ande yo caliente, ríase la gente», entonces sí que nos podemos dar por satisfechos.

Alegría, pasión y valores. Una tríada a la que se aferra el grupo Uh Shalalá Teatro en éste su primer montaje: Espías. Un grupo que combina ilusión y juventud en un elenco en el que se mezclan profesionales con estudiantes de teatro para dar vida a una alocada y surrealista aventura de espionaje internacional basada en una historia original de Ignacio del Moral, autor teatral y guionista de cine y televisión que ya tiene un Goya en su haber al mejor guión adaptado como coautor de Las aventuras de Tadeo Jones.

La directora Helena Lara sabe dotar de vida a unos atolondrados personajes que entre bromas, canciones, bailes y peripecias sumergen al espectador en una divertida intriga que lleva a los protagonistas a luchar por mejorar las condiciones de vida de los pueblos más desfavorecidos gracias a una fórmula que podrá aliviar el problema de la escasez alimentaria.

No necesitan escenografías espectaculares ni gran despliegue de medios, ya que son los actores los que llevan el peso de la función, y su propia capacidad de conectar con el público, que terminará cantando y bailando con ellos.

En definitiva, una magnífica oportunidad para pasar una hora de diversión en familia, recuperando la esencia del teatro, que no es otra que el juego, en el que se implican actores y espectadores. Como decía ese apasionado del teatro que es Philippe Gaulier: «El amor por el juego marca la diferencia ente un buen actor y uno malo. El amor por el juego tiene mucho que ver con el amor por la luz, por la vida… Cuando hablo del juego, hablo de una inmensa pulsión de vivir, la misma que nos lleva a respirar».

Espías

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Alfil

Dirección:

Calle del Pez, 10

Metro:

Callao

OBRA FINALIZADA