El instrumentum laboris del Sínodo no es una receta práctica para solucionar todas las dudas que han surgido en la Iglesia universal durante las consultas por países y continentales. Es un documento que busca ayudar a la reflexión. Así lo asegura en entrevista con Alfa y Omega el subsecretario del organismo vaticano que se encarga de la misión sinodal, el español Luis Marín de San Martín. La escucha tampoco busca la unanimidad. Al revés, es la hora de abordar la pluralidad —si ya lo somos en España, imaginen las diferencias entre la Iglesia en África y la asiática— desde la unidad, desde la comunión como hijos de un mismo Dios. Por eso se habla de disparidad entre Iglesias locales, pero también de términos universales como la necesidad de entender bien el concepto de autoridad, lejos del poder y unido al servicio —no solo para clérigos—; de la relación entre hombres y mujeres dentro de la Iglesia; de la necesidad de adaptar el lenguaje para dar a conocer el tesoro o del daño que ha hecho en la credibilidad eclesial la crisis de los abusos. Por fin se ponen sobre la mesa temas que necesitaban ser abordados para avanzar. Este impulso del Papa traerá nuevos vientos. Tarde o temprano.