Éramos tres hermanas. La demoledora conformidad con el destino - Alfa y Omega

El gran clásico de Anton Chéjov Las tres hermanas regresa ahora al Teatro de La Abadía, donde es versionado en una singular propuesta dramática por José Sánchis Sinisterra con grandísimo acierto. El mayor acierto es ser representadas por tres actrices veteranas (Julieta Serrano, Mariana Cordero y Mamen García), que no tienen la edad del libreto original porque no se sitúan en los treinta, y que hacen más doloroso y patente el paso del tiempo, la demoledora conformidad con el destino y las frustraciones de la vida.

Foto: Ros Ribas

Las hermanas PrózorovMasha (Mariana Cordero), Olga (Julieta Serrano) e Irina (Mamen García)— viven con su hermano Andréi en una casa rural de la Rusia profunda. Un año después de la muerte del padre finaliza el duelo, y la familia confía en el inicio de una nueva vida en Moscú, donde transcurrió su infancia. Están hastiadas de su situación actual: Olga, soltera que ve transcurrir los años sin contraer matrimonio; Masha, esposa de un antiguo maestro, al que percibe como un mediocre; e Irina, la más joven, que aún cree en el futuro. En la aldea se acaba de instalar un regimiento, y su presencia anima ligeramente la triste existencia de los Prózorov. Masha e Irina son objeto de las pretensiones amorosas de algunos de los soldados. Sin embargo, el destacamento abandona el pueblo, hundiendo las esperanzas de las hermanas. Olga acepta el puesto de directora de la escuela local y las tres, finalmente, se conforman con su destino.

Foto: Ros Ribas

El manejo del tiempo y de la imaginación del espectador es magistral en esta propuesta sobre Chéjov. Los tres personajes transitan el presente (del que huyen), el pasado y el futuro con una naturalidad y un virtuosismo evocador, lo que hace a esta obra tan interesante y expresiva. «Nos han quitado hasta un sentido claro respecto a la existencia; el vivir al corto plazo nos lleva a un mundo en el que no tenemos ni idea de dónde estaremos en veinte años, por lo que las preguntas que plantea Chéjov son absolutamente demoledoras», opina el director.

Foto: Ros Ribas

Sanchís Sinisterra ha hecho Éramos tres hermanas (Variaciones sobre Chéjov) con tan sólo tres personajes en vez de los diez contenidos en la obra original, por lo que la elipsis y la evocación imaginativa es algo continuo que se requiere en el espectador. La influencia de Samuel Beckett se expande por toda la representación, en las repeticiones de frases, como el eco que queda suspendido en el tiempo, incluso en el atrevimiento del contrapunto musical con el piano y las versiones cantadas magistralmente y con textura por Irina (Mamen García).

Foto: Ros Ribas

Destaca también el ritmo del texto, con la incorporación de nuevos giros actuales y recuerdos de personajes que no están; con los «diálogos de sordos» donde las tres hermanas sueñan despiertas, añoran lo que habrían realizado, lo que anhelan todavía hoy. Memoria, imaginación y realidad en tres cuadros interpretados en el espacio escénico de Carles Alfaro y Vanessa Actif de celosía, transparencia y elegancia. Las tres hermanas transmiten la necesidad e incluso la urgencia de asir el presente, el ahora.

Éramos tres hermanas. Variaciones sobre Chéjov

★★★★☆

Teatro:

Teatro de la Abadía

Dirección:

Calle Fernández de los Ríos, 42

Metro:

Quevedo

OBRA FINALIZADA