Íñigo, de 1º de la ESO: «En silencio es cuando mejor hablo con Jesús»
En el colegio de los salesianos de Deusto, los niños dedican media hora a la semana a rezar. Mikel e Íñigo, de 1º de ESO, lo llevan haciendo desde que empezaron Primaria
Las mochilas de Mikel, Íñigo, Elena y los demás niños del colegio Salesianos Deusto (Bilbao) estarán guardadas hasta septiembre en un armario. Pero hay algo que se van a llevarse de vacaciones: la Otoitzaldia.
Esta palabra vasca, que significa oración, da nombre a una iniciativa que comenzó en este colegio hace siete años. El padre Juan Ángel nos explica que «en esta sociedad hay mucho ruido, y nosotros queríamos ofrecer a los chavales un momento de silencio en el que crecer en su amistad con Jesús». Por eso, empezaron a dedicar media hora de la clase de Religión cuando estaban en 1º de Primaria a esta actividad.
Con música y pinturas
El proyecto de la Otoitzaldia ha ido creciendo con Mikel e Íñigo. Este año ha sido el primero en el que la iniciativa se ha extendido a todos los alumnos desde 1º de Primaria a 1º de la ESO. Íñigo nos cuenta que «ahora aprovecho la oración más que de pequeño, porque entonces nos poníamos a hablar. Ahora entendemos mejor lo que nos dicen sobre Jesús».
Elena está en 4º de Primaria y cuenta que disfruta de esta actividad. «Nos tumbamos y nos ponen música para relajarnos. Luego nos leen algo» de la Biblia o una historia sobre Jesús, explica. Para ayudarles a entenderlo, hacen distintos ejercicios. Los pequeños a veces pintan. Los mayores hacen la relajación sentados, y después de la lectura «vemos un vídeo o contestamos algunas preguntas», añade Mikel.
Pero lo más importante es el rato de silencio, «que es cuando puedo hablar mejor con Jesús», continúa Íñigo. Este tiempo le ayuda «porque le puedo contar si he tenido algún problema. Cuando termino de hablar con Él, dejo atrás lo malo». También Elena ha aprendido a hablar con Dios, y a «pedirle que me perdone si he hecho algo malo».
En casa… ¡y en la playa!
Cada niño sale de la Otoitzaldia con un propósito para cumplir esa semana. Otro de los objetivos de la actividad es que aprendan a rezar para que puedan hacerlo en cualquier momento. «Les decimos que, antes de dormir, se sienten un ratito y piensen si han cumplido su propósito», nos cuenta el padre Juan Ángel. Así lo hace Elena, que reza cada noche «con mi hermana y mi madre, porque mi padre está trabajando».
A Mikel e Íñigo la oración les ayuda sobre todo cuando están de exámenes. Mikel nos cuenta que, si se pone nervioso estudiando, le ayuda mucho parar, hacer los ejercicios de relajación y empezar a hablar con Jesús. Y, por supuesto, una vez terminado el curso, Jesús se irá con ellos de vacaciones. «Les hemos invitado –explica Juan Ángel– a que, cuando estén en la playa o en la montaña, dediquen de vez en cuando un rato a estar en silencio y pensar cómo están y si Jesús está contento con ellos».