En Perú, Prevost visitaba «por la mañana una parroquia de la sierra y por la tarde otra de costa» - Alfa y Omega

En Perú, Prevost visitaba «por la mañana una parroquia de la sierra y por la tarde otra de costa»

El antiguo rector del seminario de Chiclayo reivindica que, antes de ser Papa, León XIV «nos acompañaba como un padre»

Rodrigo Moreno Quicios
Fieles de Chiclayo celebran la elección de León XIV
Fieles de Chiclayo celebran la elección de León XIV. Foto: Vatican Media / Sebastian Castaneda.

El padre Marcos Antonio Ballena Rentería es tajante: «Nunca me he sentido solo». Así resume a la prensa vaticana quien fue rector del seminario de Chiclayo el acompañamiento que recibió de León XIV mientras fue obispo de Chiclayo. «Nuestro obispo nunca ha dejado de ser subsidiario, paternal y solidario», afirma este sacerdote.

Ballena destaca que su nombramiento coincidió con años especialmente duros para el país. «Tuvimos que afrontar las dramáticas consecuencias de El Niño y la pandemia de la COVID-19, que desencadenó una grave crisis económica que afectó a todo el Perú». Pese a todo, asegura que Robert Prevost se mantuvo cerca, «nos dejaba hacer nuestro trabajo y nos acompañaba como un padre con frecuentes visitas y reuniones familiares». En ellas no solo celebraba sus cumpleaños, también «jugaba al tenis y conversaba con seminaristas y diáconos».

La amistad entre ambos comenzó en noviembre de 2014, cuando Prevost llegó a Chiclayo como administrador apostólico. «Ese mismo día también participamos en un encuentro dedicado a formadores y seminaristas, fue una gran alegría», rememora Ballena. Y con el tiempo, su relación se volvió «más espiritual y humana».

El antiguo rector del seminario, quien es ahora ecónomo, destaca el compromiso del nuevo Papa con la evangelización y la cultura. «Se veía claramente que el Evangelio vivía en él», asegura. Y recalca cómo impulsó la excelencia académica de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo «sin dejar de lado la fe». Al mismo tiempo, promovió la formación en otras diócesis a través del Instituto Teológico homónimo.

«No se saltó ni una parroquia», subraya Ballena. Pone un ejemplo más que ilustrativo: «Por la mañana se le encontraba en una parroquia de la sierra y por la tarde en una de la costa». También apoyó manifestaciones de religiosidad popular como el milagro eucarístico de Eten o la cruz de Chalpón.

Para Ballena, la elección papal fue un momento inolvidable. «Cuando mencionó Chiclayo hubo una ovación increíble: yo lo compararía con ganar un Mundial de fútbol». Y se aventura a señalar las claves del nuevo pontificado: «La sinodalidad, la opción por los más vulnerables, la conciliación de conflictos y la formación del clero».