En esta casa se salvan vidas
Durante el Año de la Misericordia, la diócesis murciana ampliará las instalaciones y se volcará con las madres que se plantean abortar por presiones económicas
«Una casa que es obra del amor de Dios y de la caridad». Así define el obispo de Cartagena, monseñor Lorca Planes, la casa cuna La Anunciación, una fundación diocesana que comenzó su labor en junio de 2010 y en la que las Hermanitas de la Anunciación atienden a madres en situación de riesgo de exclusión social con niños de corta edad. Las religiosas facilitan la ayuda necesaria a cuantas mujeres gestantes lo precisan. Además, las hermanitas apoyan a las mujeres que sufren síndrome posaborto, organizan acciones para sensibilizar y formar a la opinión pública acerca del respeto de la vida y la dignidad de la mujer; y trabajan en el entorno familiar de las gestantes o de las madres con niños pequeños para facilitar su integración en la sociedad.
Un cambio en la mujer
La experiencia demuestra que las mujeres que llegan a la casa cuna son diferentes a las que salen de ella: «El miedo y la inseguridad quedan atrás», relata Olga, ecuatoriana y madre de una niña de tres años, que conoció esta fundación a través de su párroco, ya que por falta de medios económicos no podía atender a su hija. «Llegué a la casa cuna a través de RedMadre. Tenía miedo al cambio, pero fue una oportunidad que el Señor me dio de estar custodiada por tres ángeles, que son las tres religiosas que están al cuidado de las madres que residimos en la casa cuna. Respetando las costumbres y religiones, nos transmiten la fe dando ejemplo de bondad, caridad y amor hacia el prójimo. Por la gracia de Dios aprendí a tener paciencia y a ser tolerante, es la familia que Dios me ha regalado en este tiempo y agradecida estoy por ello».
Atención a los niños
Como Olga son muchas las mujeres y los niños que se están beneficiando de este proyecto diocesano, que en el último año ha atendido a doce mujeres, tres de ellas embarazadas y el resto con niños. La casa cuna gestiona además el Centro de Atención a la Infancia, en funcionamiento desde 2011, que atiende a los niños de las madres acogidas, a niños con dificultades, y que presta un servicio de guardería y formación en el entorno de la pedanía murciana de Sucina.
Un gesto de misericordia
Con motivo del Año Jubilar de la Misericordia, monseñor Lorca ha querido que la casa cuna La Anunciación cobre un protagonismo especial en la diócesis: «Aprovechemos esta oportunidad para realizar la necesaria ampliación de las instalaciones, como el signo diocesano en este Jubileo de la Misericordia… Queremos salvar vidas, este es nuestro empeño, y facilitar a estas madres todas las posibilidades para que se reencuentren consigo mismas, den gracias a Dios por sus hijos y puedan reincorporarse a la sociedad con alegría». Un gesto jubilar que permitirá ampliar las instalaciones de esta fundación en los locales que la empresa Aguas de Murcia cedió a la diócesis de Cartagena el pasado mes de abril.
Ayuda de todos
Al ser un proyecto diocesano, la casa cuna necesita de la ayuda de todos para poder seguir llevando a cabo la labor que realiza, y por eso desde La Anunciación piden oración por esta causa; ayuda para darla a conocer y así poder atender a más mujeres y niños; voluntarios que puedan dedicar parte de su tiempo libre a ayudar en las diferentes tareas, y, por supuesto, ayuda económica para cubrir todos los gastos, de unos 4.500 euros al mes.
Muchas asociaciones e instituciones colaboran ya con la fundación. La última en hacerlo ha sido el Cabildo Superior de Cofradías de Murcia, que el 29 de noviembre organizó una carrera solidaria a beneficio de la casa cuna. Pero aún quedan muchas necesidades por cubrir.