El Vídeo del Papa cierra 2020 pidiendo que la oración cambie «la realidad y los corazones» - Alfa y Omega

El Vídeo del Papa cierra 2020 pidiendo que la oración cambie «la realidad y los corazones»

Enlazando con el tema de sus últimas catequesis, Francisco subraya que «el corazón de la misión de la Iglesia es la oración»

Redacción
Foto: Red Mundial de Oración del Papa

El Papa Francisco ha querido terminar un año marcado por la pandemia de COVID-19 subrayando la necesidad de la oración. De hecho su intención para el mes de diciembre, expresada en el vídeo que la Red Mundial de Oración del Papa ha dado a conocer este martes, casi podría definirse como metaoración: pedir «que nuestra relación con Jesucristo se alimente de la Palabra de Dios y de una vida de oración».

En el breve mensaje audiovisual, el Santo Padre subraya que «el corazón de la misión de la Iglesia es la oración». Una idea que desarrolla más adelante al afirmar que «podemos hacer muchas cosas, pero sin oración no funcionan». Rezar es «la llave para que podamos entrar en un diálogo personal con el Padre». Pero, ¿qué es exactamente rezar? «Cada vez que leemos un pequeño pasaje del Evangelio escuchamos a Jesús que nos habla, conversamos con Jesús, escuchamos a Jesús y respondemos».

Relación con sus catequesis

«Orando cambiamos la realidad y cambiamos nuestros corazones», afirma el Santo Padre sobre una serie de imágenes de diversas personas orando, entremezcladas con algunos de los momentos fuertes de recogimiento protagonizados en 2020 por él mismo: el del 27 de marzo en una plaza San Pedro vacía; su peregrinación al crucifijo de San Marcelo en la Vía del Corso, en el centro de Roma o su recogimiento ante el icono bizantino de la Salus Populi Romani en la Basílica romana de Santa María la Mayor.

Esta intención del Papa enlaza con el ciclo de catequesis que está llevando a cabo en la audiencia general de los miércoles, dedicado a la oración. En la del 4 de noviembre, por ejemplo, explicó las claves de la relación de Jesús con el Padre. «Durante su vida pública, Jesús recurre constantemente a la fuerza de la oración. Los Evangelios nos muestran esto cuando se retira a lugares apartados para orar. Son observaciones sobrias y discretas, que solo nos permiten imaginar esos diálogos orantes. Sin embargo, testifican claramente que, incluso en los momentos de mayor dedicación a los pobres y enfermos, Jesús nunca descuidó su diálogo íntimo con el Padre».

Más que un tiempo de reflexión

Hoy en día, recuerda Vatican News, la Red Mundial de Oración del Papa conecta a millones de católicos de todo el mundo, de diversos países, culturas, contextos sociales y eclesiales, a través de la oración: no solo a través de El Vídeo del Papa, sino también a través de la plataforma de oración Click To Pray y el Camino del Corazón, un camino de oración para la misión. La edición de El Vídeo del Papa de este mes concluye con la invitación de Francisco a la oración, guardando silencio por unos momentos, durante la Audiencia con la Red Mundial de Oración del Papa en su 175º aniversario.

En este sentido, el padre Frédéric Fornos, sacerdote jesuita y director internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recordó la ocasión: «Fue uno de los momentos más intensos de la celebración. El Santo Padre acompañó un largo tiempo de oración, en el Aula Pablo VI, en un imponente clima de silencio y recogimiento con más de 5.000 personas. Y allí dejó bien claro que la oración y la misión de la Iglesia están indisolublemente unidas. La misión de la Iglesia está al servicio de los desafíos del mundo, y esta no es posible sin la oración. Francisco lo resumió muy sencillamente: “El corazón de la misión de la Iglesia es la oración”».

El padre Fornos destaca que la oración no es simplemente, como muchos creen, «un tiempo tranquilo o de reflexión». Para quien «descubre su profundidad es la respiración del corazón. La oración nos abre al Amor, el cual tiene un rostro, Jesucristo, y nos conduce al Padre. A menudo no se ven inmediatamente sus frutos, su fecundidad. Como la semilla en la tierra, necesita tiempo… pero su fecundidad es inmensa», y produce, como dice el Evangelio, el 30, el 60 o el 100 por uno.