El Vaticano organiza en un solo día un envío de comida para Turquía - Alfa y Omega

El Vaticano organiza en un solo día un envío de comida para Turquía

El jueves Francisco recibió las cartas credenciales del nuevo embajador turco, quien le pidió esta ayuda

Redacción
La catedral de la Anunciación en Iskenderun totalmente destruida. Foto: CNS.

Este jueves, Ufuk Ulutaş presentó sus cartas credenciales al Papa Francisco como nuevo embajador de Turquía ante la Santa Sede. Tras las formalidades, el encuentro con el Pontífice, como no podía ser otra forma dadas las circunstancias, giró en torno a la enorme catástrofe provocada por los terremotos del 6 de febrero y cuyos daños humanos y materiales todavía son incalculables.

Francisco escribió un cariñoso y breve mensaje a la población turca en el que recordaba, como hizo en días anteriores, que su pensamiento y sus oraciones están con ellos en estos momentos de tanto dolor. Desde los primeros compases de la emergencia, el Vaticano se puso manos a la obra y envió ayuda en forma de dinero para Siria a través de la Nunciatura y en forma de camisetas térmicas para el campo de refugiados de Killis, en el sur de Turquía y cerca de la frontera con Siria.

En su reunión con el embajador turco, el Papa también preguntó al diplomático qué era lo más urgente que necesitaban ahora los damnificados. Ulutaş le explicó que conservas y alimentos como el arroz y el atún, además de pañales y ropa para el frío. Francisco remitió esta petición inmediatamente al Dicasterio para el Servicio de la Caridad, que preside el cardenal Krajewski. «Todos en el Vaticano se pusieron manos a la obra para preparar en un solo día diez palés de alimentos que se cargaron en un camión y se enviaron al aeropuerto de Fiumicino», explica el limosnero a los medios vaticanos.

El material fue almacenado este viernes en un hangar de las líneas aéreas turcas. En estas últimas 24 horas, voluntarios y personal del aeropuerto han dispuesto todo para que el cargamento llegue a Estambul este sábado. Para agilizar el proceso, la donación del Vaticano ha viajado en aviones de pasajeros, no de carga. Por ello, tuvo que cuidarse mucho el tamaño y el peso de los palés para que toda la operación tuviera éxito.

«En 24 horas estaba todo hecho», asegura el cardenal Krajewski, que recuerda que «cuando Jesús hacía milagros los hacía inmediatamente, no decía «dentro de una semana». Por eso, nosotros proveímos inmediatamente».