El Vaticano insiste en la eliminación total de las armas nucleares
El lunes se cumplieron 25 años de la firma del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, pero aún no ha podido entrar en vigor
La Santa Sede ha renovado este miércoles su petición de que se escuche «la insistente demanda de la humanidad» para la eliminación de las armas nucleares. Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano, subrayó este llamamiento en el marco de la reunión plenaria de alto nivel de Naciones Unidas para conmemorar la Jornada Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares, que se celebró el domingo.
Gallagher ha denunciado «la política de disuasión, que impulsa la carrera armamentística y genera un entorno tecnológico deshumanizador». Esta mentalidad de acumular armas, supuestamente para amenazar a los enemigos pero sin intención de usarlas, permite que se perpetúe el statu quo nuclear, al tiempo que agrava la «desconfianza entre las naciones».
El equivalente al ministro de Exteriores del Vaticano también ha criticado el «gasto desorbitado de unos pocos estados en la producción y despliegue de los arsenales nucleares». En un contexto marcado por la pandemia y el cambio climático, «los estados deben reducir el gasto militar para satisfacer las necesidades humanitarias y de nuestra casa común».
Luces y sombras
Por otro lado, el secretario para las Relaciones con los Estados ha celebrado la entrada en vigor, en enero, del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares. Firmado en julio de 2017 por 86 países, había quedado sin efecto hasta ser ratificado por un mínimo de 50 estados. Ahora, los que lo han hecho son ya 56.
Peor suerte ha corrido el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. El lunes, el Consejo de Seguridad de la ONU celebró el 25 aniversario de su firma. Sin embargo, aún no ha podido entrar en vigor. A pesar de contar con 185 firmas y 170 ratificaciones, aún se requiere la ratificación de ocho países clave: Estados Unidos, China, Irán, Israel, Egipto, India, Pakistán y Corea del Norte.
13.400 armas nucleares
El mundo cuenta todavía con 13.400 armas nucleares, y el número puede crecer. La secretaria general adjunta de Asuntos de Desarme de la ONU, Izumi Nakamitsu, destacó ante el Consejo una «preocupante tendencia a la modernización y expansión de los arsenales nucleares». Esto es consecuencia, en su opinión, de que «se ha ido derrumbando el sistema global de control de armas» y «atrofiado la diplomacia multilateral dedicada al desarme».
«No podemos aspirar a conseguir un mundo libre de armas nucleares sin una prohibición de los ensayos nucleares de aplicación universal, no discriminatoria y verificable», subrayó Robert Floyd, secretario ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
Más control
Sin embargo, Floyd también quiso mirar la parte positiva. Aun no estando en vigor, apuntó, el tratado «ha creado y mantenido una regulación contra los ensayos nucleares tan poderosa» que desde su adopción «se han realizado menos de una docena de ensayos, y solo un país lo ha violado en este milenio».
Antes, cada año se realizaban pruebas nucleares con una carga explosiva promedio equivalente a 1.000 bombas de Hiroshima. «Los ensayos nucleares no solo crearon inestabilidad geopolítica y favorecieron la elaboración de armas nucleares más potentes y mortales, sino que también causaron un sufrimiento humano y un daño medioambiental incalculables». Afortunadamente, «este mundo ha quedado muy atrás».
El tratado incluye asimismo un sistema de vigilancia internacional, en este momento operativo en un 90 %, que controla la actividad nuclear explosiva en tiempo real las 24 horas al día. Además de su misión principal, proporciona datos útiles para fines civiles y científicos, como la alerta de tsunamis y los estudios sobre el cambio climático.