El Vaticano exhibe el legado de Rafael con la reapertura de la Sala de Constantino - Alfa y Omega

El Vaticano exhibe el legado de Rafael con la reapertura de la Sala de Constantino

La estancia en el Palacio Apostólico llevaba más de diez años restaurándose. Según la directora de los Museos Vaticanos, «hemos reescrito la historia del arte»

Rodrigo Moreno Quicios
'La batalla del Puente Milvio' es uno de los frescos pintados por Rafael en la Sala de Constantino
La batalla del Puente Milvio es uno de los frescos pintados por Rafael en la Sala de Constantino. Foto: Vatican Media.

Después de diez años de trabajos minuciosos, la Sala de Constantino del Vaticano vuelve a exhibirse en todo su esplendor. Se trata de la estancia más grande del conjunto decorado por Rafael y su escuela en el Palacio Apostólico y es una de las más significativas del Renacimiento italiano. Cerrada parcialmente al público durante la última década, ha sido ahora reabierta tras una restauración que no solo ha recuperado su riqueza cromática y narrativa, sino que ha revelado aportaciones directas del propio Rafael, fallecido en 1520 a los 37 años.

«Ha sido un trabajo largo», explica Barbara Jatta, directora de los Museos Vaticanos a la Agencia EFE. Ha recordado que la Sala de Constantino tiene «mucha decoración y no hay ni un solo punto que no esté pintado». Según revela, la obra «ha presentado muchos descubrimientos, muchas novedades tanto técnicas como estilísticas». E incluso sentencia que, «en cierto modo, hemos reescrito la historia del arte».

La restauración ha confirmado que dos figuras de esta sala fueron pintadas directamente por Rafael al óleo, una técnica inusual para la época y que él empleó como prueba en una de las paredes. «Sabíamos por las fuentes que Rafael había hecho pruebas, pero no cuáles. Las investigaciones diagnósticas nos han permitido identificarlas», añade Jatta. Su escuela no logró replicar la técnica y optó por continuar los trabajos con fresco.

La Sala de Constantino fue proyectada para recepciones y ceremonias oficiales y representa, en sus paredes, cuatro escenas clave de la vida del emperador Constantino: La visión de la cruz, La batalla del Puente Milvio, El bautismo de Constantino y La donación de Roma. Estos frescos representan simbólicamente el tránsito de la Roma pagana a la Roma cristiana y, como explica Jatta: «Es la sala política y programáticamente más importante».

El tejado original fue sustituido en el siglo XVI por la actual bóveda, decorada por Tommaso Laureti con una escena alegórica del triunfo del cristianismo sobre el paganismo. También esta parte ha sido restaurada, y los trabajos han desvelado elementos como una gran alfombra central pintada en trampantojo.

«Lo más emocionante es cómo los artistas lograron transformar la materia y la química en algo tan maravilloso», resume Fabio Morresi, jefe del Gabinete de Investigación Científica de los Museos Vaticanos. La reapertura devuelve al circuito museístico una de las estancias más complejas y ricas del patrimonio vaticano.