El Toledo que nos hace más españoles y más santos - Alfa y Omega

El Toledo que nos hace más españoles y más santos

«Todos somos un poco Toledo», afirma el historiador Daniel Gómez Aragonés, autor de la biografía de la ciudad más santa de nuestra geografía, «nuestra Roma y nuestra Jerusalén»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Iglesia de San Román, hoy Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda. Foto: José Luis Filpo Cabana.

«Toledo es nuestra Roma y nuestra Jerusalén, la cabeza religiosa de España», afirma el historiador Daniel Gómez Aragonés, autor de Toledo. Biografía de la ciudad sagrada, un ameno recorrido histórico y geográfico por nuestra particular «ciudad santa» española. Para merecer este título, Gómez Aragonés argumenta que Toledo «no es solo su catedral –y eso que es pecado venir aquí y no conocerla–, sino que su huella sagrada, y hasta legendaria y mítica, está por todas partes».

Para empezar, parte de la presencia durante siglos en las Cuevas de Hércules de la Mesa de Salomón, uno de los tesoros que los romanos sacaron de Jerusalén y que luego acabó en la ciudad castellana tras el saqueo de Roma: «Es algo más que una leyenda: fue un elemento capital en la tradición judeocristiana y en la Iglesia hispano-visigoda y, aunque ya no esté en la ciudad, a nivel simbólico y espiritual sigue viva».

Ermita de la Virgen del Valle, a la afueras de la ciudad. Foto: Luna Revenga.

Del Toledo de los siglos siguientes, el historiador destaca la iglesia de San Román, actualmente desacralizada «pero con una tradición católica y sagrada muy presente». El templo alberga pinturas tardorrománicas «de las más espectaculares de España», y en él fue proclamado rey de Castilla Alfonso VIII, el vencedor de la batalla de las Navas de Tolosa. Gómez Aragonés cuenta que el rey llegó a un acuerdo con el Papa para que se sumasen a la guerra cruzados europeos: «Muchos venían de Tierra Santa, donde se habían acostumbrado a arrasar con todo tras las batallas. Sin embargo, al llegar a Toledo se encontraron con una judería en la que convivían cristianos, judíos y musulmanes, juntos, pero no revueltos, y la intentaron eliminar. Luego hicieron lo mismo en la batalla, hasta que les dijeron que aquí las cosas no se hacían así y los mandaron a retaguardia. Resentidos, al volver quisieron acabar con la ciudad entera, que fue defendida por los toledanos en un histórico acto de heroísmo».

El héroe más llorado

En cuanto a los personajes que han marcado la ciudad, Gómez Aragonés destaca a la reina Isabel la Católica, que quiso enterrarse en San Juan de los Reyes y que fue «la reina más querida en la historia de Castilla y quizá en la historia de la humanidad», con la que todos tenemos «una deuda pendiente».

También los arzobispos de la diócesis han configurado su perfil histórico, pues «durante mucho tiempo el primado de España fue el arzobispado más poderoso de la cristiandad, solo por debajo de Roma». Aquí, además de al cardenal Cisneros, menciona a Rodrigo Jiménez de Rada, que levantó la catedral, y a Francisco de Lorenzana, que encarnó «el buen y sano hispanismo, protegió a los nativos de nuestras colonias e hizo de Toledo una ciudad ilustrada».

Pero, por encima de todos, Gómez Aragonés destaca la figura de Juan de Padilla, líder de la revuelta comunera, «al que envolvía un aire mesiánico y que fue el que mejor encarnó la toledanía como tal». «Fue el hombre más llorado en Toledo en toda su historia, más que cualquier rey o arzobispo», asevera.

Sin embargo, «el personaje principal de Toledo es Toledo», defiende el historiador, quien concluye llamando la atención sobre otro de los lugares imprescindibles de la ciudad: la mezquita del Cristo de la Luz, el edificio antiguo de Toledo mejor conservado. El origen de su construcción se remonta al siglo X, en un Toledo musulmán «muy celoso de su autonomía y que fue muy rebelde contra el poder central de Córdoba».

El autor del libro delante de las Cuevas de Hércules. Foto: Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

Cuando Alfonso VI reconquistó Madrid en el año 1085, a su paso se derrumbó el muro que ocultaba la imagen de la Virgen de la Almudena. En ese mismo año, en Toledo, el rey fue protagonista de un hecho similar: al pasar frente a la mezquita, su caballo se negó a avanzar y todos vieron en ello una señal. Se dice que un halo de luz salía de una rendija del edificio, y allí se descubrió la imagen del hoy llamado Cristo de la Luz.

«Tiene sentido –explica Gómez Aragonés–. En Madrid, el mismo año y ante el mismo rey, aparece la Madre de Dios, que es la que acoge y abraza. En Toledo, la ciudad de los monarcas, a quien se descubre es al auténtico Rey de reyes. Nada es casual, ni en la leyenda ni en la historia».

Por todo ello, concluye que «todos los españoles, e incluso muchos hispanoamericanos y europeos, somos un poco Toledo, porque esta ciudad ha sido el alma de una historia fascinante que hay que recuperar».

Toledo. Biografía de la ciudad sagrada
Autor:

Daniel Gómez Aragonés

Editorial:

La Esfera de los Libros

Año de publicación:

2022

Páginas:

744

Precio:

32,20 €