El Sínodo debe romper determinadas dinámicas - Alfa y Omega

El Sínodo debe romper determinadas dinámicas

No solo han de cambiar las estructuras, como asegura el cardenal Grech en estas páginas. También se debe transformar el miedo

Alfa y Omega

El Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que reúne anualmente a los presidentes de los obispos del continente para compartir experiencias y buscar un horizonte común, ha ido dando forma a la conexión de la Iglesia en Europa. Pero lo realmente motivador de esta propuesta del Papa Francisco de un Sínodo sobre la sinodalidad, con sus diferentes etapas nacionales, continentales e internacional, es que esa reunión en Europa se ha complementado ahora, y por primera vez, con otros miembros de la Iglesia en esta etapa continental del Sínodo. La semana pasada en Praga desfilaron por el aula sinodal obispos, pero también religiosos, religiosas y laicos. Faltaban jóvenes en la parte presencial —muchos se conectaron online, pero, realmente, no es lo mismo—; no podemos llenar páginas de mensajes sobre la importancia de los jóvenes en la Iglesia, que son el presente y el futuro, y no contar con ellos en los eventos decisivos. Tampoco había una gran presencia de alejados, aquellos que, en teoría, eran los preferidos. Y hay laicos que hablaron pidiendo por el rabillo del ojo la aprobación del superior. El Sínodo, realmente, debe llegar para romper con todas estas dinámicas. No solo han de cambiar las estructuras, como asegura en estas páginas el cardenal Grech, consciente de que la familia y la escucha empiezan en las parroquias y hay demasiadas que ni siquiera tienen un consejo pastoral. También se han de transformar la rígida estructura piramidal y el miedo. Miedo a opinar, miedo a perder poder, miedo a creer que renovación es sinónimo de libertinaje. Solo a partir de esa ruptura se podrán abordar, en una siguiente etapa, cuestiones más concretas, que están equivocadamente en el punto de mira de muchos.

Decía una ucraniana a este semanario que, para ellos, el Sínodo es aprender a amar como si fuera el último día que verás a tus seres queridos. Sin saberlo, nos ha dado la hoja de ruta para esta fase.

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