El presidente de Cataluña despide a los jóvenes que pasarán ocho meses en el mar
Reunión con Illa y Misa en la Sagrada Familia, así han sido las últimas horas de la tripulación del Bel Espoir antes de zarpar. La iniciativa está protagonizada por 200 jóvenes que difundirán un mensaje de paz por todo el Mediterráneo
El presidente de la Generalidad de Cataluña, Salvador Illa, recibió este domingo a los tripulantes del barco Bel Espoir, una goleta de tres palos que surcará el mar Mediterráneo los próximos ocho meses para difundir un mensaje de paz y de diálogo.
La iniciativa, puesta en marca por la archidiócesis de Marsella —bajo la inspiración del Papa Francisco—, estará protagonizada por cerca de 200 jóvenes de entre 18 y 30 años que se turnarán a bordo del buque.
Durante su discurso, Illa ha afirmado que «ante la difícil situación del mundo» es «más necesario que nunca un símbolo, mandar un mensaje, y eso es lo que vosotros estáis haciendo», ha indicado el presidente. Y ha añadido: «Las diócesis de Marsella y Barcelona, bajo la inspiración del Papa Francisco —al que le deseo una pronta recuperación— estáis enviando un mensaje de esperanza».
El mandatario ha asegurado que «este tipo de pequeños símbolos» son los que «muchas veces pueden transformar procesos e iniciar el cambio de pensamiento». Este no se suele dar «por el poder de la fuerza, o de una idea», sino con «actitudes y mensajes de esperanza» como el vuestro.
Por su parte, los cardenales Aveline y Omella, de Marsella y Barcelona respectivamente, han agradecido al jefe del Gobierno catalán su interés por esta iniciativa que impulsa el proceso de comunión entre las diócesis mediterráneas iniciado en 2013 por el Santo Padre con su viaje a Lampedusa.
Horas antes del encuentro, los tripulantes y los organizadores participaron en una Eucaristía en la Sagrada Familia. También realizaron algunos talleres sociales con entidades como Migra Studium, fundación de la Compañía de Jesús centrada en la atención a población migrante. Y pudieron hacer una ruta por el centro histórico de Barcelona.
Después de todas estas experiencias, se espera que el barco pueda zarpar este lunes, «aunque depende de las condiciones climatológicas», apuntan fuentes del Arzobispado de Barcelona a este semanario.