El poder de su amor - Alfa y Omega

El poder de su amor

Miércoles de la 9ª semana de tiempo ordinario / Marcos 12, 18-27

Carlos Pérez Laporta
Ilustración: DALL·E.

Evangelio: Marcos 12, 18-27

En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntaron:

«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos, que se case con la viuda y dé descendencia a su hermano”.

Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección y resuciten ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».

Jesús les respondió:

«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.

Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».

Comentario

«Estáis muy equivocados». No entienden «la Escritura ni el poder de Dios». En la Escritura se desvela poco a poco el amor tan grande que Dios tiene a los hombres: no los olvida, no deja que se pierdan en el olvido. Dios los ha pensado para siempre, los ha creado para siempre, y los sostiene para siempre. No los devolverá a la nada; porque si Gabriel Marcel tenía razón y «amar a alguien es decirle tú no puedes morir», entonces aquel cuyo poder es Amor eterno, ¿dejará morir a los suyos? Ya la escritura desvela el poder de su amor: «Yo soy el Dios de Abrahám, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. No es Dios de muertos, sino de vivos»

Pero, ¿dónde de la Escritura dice que «cuando resuciten, ni los hombres se casarán, ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo»? ¿Y de qué manera el poder de Dios hace ver eso mismo también?

Respecto de su poder, quien lo vive sacramentalmente sabe que el poder que los une no es el del amor que se tienen, sino el del mismo Jesucristo en la cruz: pues todo sacramento manifiesta el amor de Cristo en la cruz. La misión del marido es revelar a su mujer el amor extremo que Cristo le ha tenido, hasta dar la vida por ella; y viceversa. Con todos sus gestos, con todas sus palabras. El amor que ellos se tienen es signo sensible del amor de Jesucristo, que iba a manifestarse como la clave de todas las Escrituras. Por eso en el cielo no se casan, no porque no haya amor, sino porque el amor en el cielo ya no es sacramentado. Es inmediato, como les ocurre a los ángeles.