El Vaticano da hasta julio del 2026 para reformar los seminarios españoles
Las diócesis de Santiago, Tui-Vigo y Modoñedo-Ferrol, que han constituido un Seminario Mayor Interdiocesano, son las primeras en ejecutar el plan del Papa
El Papa Francisco está decidido a atajar la vasta e intrincada realidad de los seminarios españoles, algunos de ellos vaciados por la falta de vocaciones, con la misma receta que usó para la reforma de la Curia romana: simplificación. Según informa la publicación Religión Digital, Francisco quiere fusionarlos traspasando también las líneas divisorias de las diócesis para facilitar la sinodalidad, con reuniones más frecuentes y más activas.
La unión de los seminarios de Santiago de Compostela, Mondoñedo-Ferrol y Tui-Vigo, anunciada este miércoles, sitúa a las diócesis de Galicia (a excepción de las de Lugo y Ourense, que no se han sumado) en esta senda de simplificación que además de evitar la fragmentación, aunará los sectores especializados para dejar de lado el mal de la autorreferencialidad.
Los obispos de las diócesis involucradas han presentado en una carta a los sacerdotes la institución del Seminario Mayor Interdiocesano (SMI), que tendrá su sede en Santiago de Compostela. «Ha sido un paso difícil pero necesario; tal vez, hoy en día, el único paso posible para ofrecer a nuestros seminaristas los elementos formativos necesarios que permitan vivir la identidad y espiritualidad del ministerio sacerdotal», han asegurado a este respecto.
Los prelados han citado el documento que publicó la entonces Congregación para el Clero en 2016, la ratio fundamentalis Institutionis sacerdotalis, con las directrices sobre la formación de sacerdotes: «Sabemos que “el don de la vocación al presbiterado, sembrado por Dios en el corazón de algunos hombres, exige a la Iglesia proponer un serio camino de formación” (nº 1) que los capacite para vivir con todas sus exigencias el sacerdocio y para ejercerlo con responsabilidad. Fruto de esta preocupación es el plan de formación sacerdotal Formar pastores misioneros, aprobado por la Conferencia Episcopal Española en 2019, con el fin de orientar la formación de los seminaristas en una comunión de criterios entre las diversas diócesis, teniendo en cuenta las circunstancias de tiempo y lugar en las que vivimos».
La formación sacerdotal precisa de una «comunidad educativa que desarrolle sus cuatro notas esenciales: única, porque es un único camino discipular; integral, porque debe cultivar de modo equilibrado las dimensiones humana, espiritual, intelectual y pastoral; comunitaria, porque la vocación se forma en la comunidad discipular del seminario; y misionera, porque toda la formación sacerdotal se orienta a la misión», resaltan las diócesis en la misiva. De esta manera, el nuevo interdiocesano gallego marca la pauta y sigue la estela del Interdiocesano de Cataluña y del también muy valorado en la reunión vaticana del pasado noviembre Teologado de Ávila, donde recibe formación una veintena de alumnos de ocho diócesis cercanas.
Tres años para integrar seminarios
La estrategia reductiva se fraguó en varios momentos destacados del año pasado. En primer lugar, entre los meses de enero y marzo de 2023, los seminarios mayores de las diócesis que conforman la Conferencia Episcopal Española recibieron una visita apostólica. Siete meses después los obispos viajaron al Vaticano para reunirse con Francisco y con el prefecto y el secretario del Dicasterio para el Clero, Lazzaro You Heung-sik y Andrés Gabriel Ferrada Moreira, respectivamente, el pasado 28 de noviembre.
«La atenta observación de la realidad de no pocos seminarios mayores en España ha mostrado que las condiciones de posibilidad y conveniencia que justificaron en su día la erección de los mismos, han perdido su vigencia, de modo que la persistencia de cada uno de los seminarios mayores españoles será confirmada por el Dicasterio para el Clero», según el documento publicado por Religión Digital. La nueva consigna estipula que «antes del inicio del curso 2024-2025 se presentarán las propuestas de creación de seminarios interdiocesanos, los cuales pueden estar divididos en dos o tres sedes para las distintas etapas formativas (propedéutico, etapa discipular y etapa configuradora), o de seminarios mayores diocesanos que acojan candidatos de otras diócesis, integrando en sus equipos de formadores sacerdotes de las distintas diócesis interesadas».
El objetivo es, según el documento, que «en el plazo de tres años todos los seminarios mayores en España tengan el número adecuado de seminaristas y formadores dedicados exclusivamente a la formación». Aunque el plazo dado es más corto para aquellos seminarios «que tengan diez seminaristas o menos en las etapas discipular y configuradora, ambas sumadas», que «deberán integrarse con otros seminarios mayores de la misma provincia eclesiástica o, al menos, de la misma región o área cultural».
Igualmente, de cara al próximo curso se establece «que la comunidad formativa de cada propedéutico cuente con un mínimo de diez candidatos y de dos formadores dedicados de manera exclusiva», con duración «mínima de un año para todos los candidatos menores de 35 años que iniciarán la formación sacerdotal, salvo que la conferencia episcopal reduzca la edad límite inferior para ingresar en el o los seminarios de vocaciones adultas», y su sede debe ser un edificio distinto al del seminario mayor o menor de la o de las diócesis interesadas. El protocolo exigido por Roma insta también al episcopado español a que para el próximo curso 2024-2025 «deberá estar constituido al menos un seminario nacional para vocaciones adultas, es decir, para candidatos mayores de 35 años que comiencen la formación inicial».
Valoración psicológica obligatoria
Igualmente, este documento, titulado Algunos criterios para la actualización de la formación sacerdotal inicial en los seminarios mayores de las Iglesias particulares que conforman la Conferencia Episcopal Española señala como «obligatoria» a partir del próximo curso una «valoración psicológica de la personalidad, que contenga la opinión autorizada del competente especialista designado por el o los obispos interesados en un determinado seminario mayor, sobre el estado de salud psíquica de quien desea ingresar en la formación inicial, de modo que se tenga en cuenta en el discernimiento de su ingreso en el respectivo propedéutico o en el seminario de vocaciones adultas».
Por otra parte, se obliga a que al inicio del curso todos aquellos que participen en la formación de los seminaristas (sacerdotes, consagrados y laicos) «hayan participado durante el curso 2023-2024 en alguna instancia de formación referida a la tutela de menores y adultos vulnerables».
Finalmente, el Dicasterio para el Clero pone como fecha límite para la efectiva reforma de los seminarios el 30 de junio de 2026, cuando deberá ser presentada «la actualización de todos los estatutos de los seminarios mayores de España, sean nacionales, interdiocesanos o diocesanos». También tendrán que actualizar sus estatutos, «por disposición expresa» del Papa, los seminarios Redemptoris Mater en España conforme a la Ratio española aprobada en 2019.