El paso de Vargas Llosa por el colegio salesiano de Piura: entre palabrotas y premios de religión
El afamado escritor nunca olvidó su paso por las aulas salesianas, como él mismo reconoció en sus memorias y ahora acaba de recordar el historiador de la Congregación Salesiana del Perú, David Franco Córdova, en un artículo
El pasado domingo 13 de abril falleció el escritor Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, en Lima, Perú, un país en el que pasó prácticamente toda su infancia. Allí recaló, entre otros, en el Colegio Salesiano de Piura, cuyas aulas nunca olvidó, como reconoció él mismo en sus memorias y que ahora ha recordado David Franco Córdova, historiador de la Congregación Salesiana del Perú, en un artículo publicado en la agencia de información salesiana (ANS).
La vida del prolífico escritor quedó plasmada en papel en 1993 bajo el título El pez en el agua. En sus páginas, Vargas Llosa recuerda cómo su abuelo les recibió en el aeropuerto peruano de Talara, a donde llegaron procedentes de Bolivia, con «una postal con la fachada del Colegio Salesiano de Piura, donde me había matriculado ya para el quinto de primaria».
Para Franco Córdova, que el abuelo del escritor —que en aquel momento era la máxima autoridad gubernamental de la zona— eligiera este centro resulta significativo «para comprender la importancia de los Salesianos en aquella región a mediados del siglo XX».
A pesar de ello, la primera experiencia de Vargas Llosa en el colegio no fue buena. Se juntó con compañeros uno o dos años mayores que él que le enseñaron todo tipo de «palabrotas y porquerías» que él no había escuchado antes en su vida. También cultivó amistades, por ejemplo con Javier Silva Ruete —que llegaría a ser ministro de Economía de Perú—, que duraron para siempre.
De su paso por el centro escolar, los salesianos de Perú conservan un diploma en el que se da cuenta del Premio de Religión, con medalla de honor, que le fue «otorgado a don Mario Vargas Llosa, alumno del quinto año de instrucción Primaria por su buena aplicación en esta asignatura durante el presente año escolar» de 1946.
Un salesiano «algo anarquista y soñador»
Mucho años después, el escritor volvió a entrar en contacto con los salesianos. Concretamente, con el sacerdote Ugo de Censi, cuya labor había llegado a oídos de Vargas Llosa. De esta forma, aprovechando un viaje a la zona para celebrar su 77º cumpleaños, fue a conocer la obra del religioso con sus propios ojos.
Sus impresiones quedaron plasmadas en un artículo en El País, titulado Chacas y el cielo, que se publicó en 2013: «Este religioso algo anarquista y soñador es, al mismo tiempo, un hombre de acción, un realizador de polendas, que, sin pedir un centavo al Estado y poniendo en práctica sus peregrinas ideas, ha llevado a cabo en Chacas y alrededores una verdadera revolución económica y social».
De Censi —italiano de nacimiento— llegó a Perú en 1976. Se estableció en un pueblo llamado Chacas, situado en los Andes a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Allí se encontró con una pobreza a la que se propuso combatir y a la que le ganó la batalla con una multitud de iniciativas que contribuyeron al desarrollo económico de las comunidades y a la revitalización de tradiciones culturales que amenazaban con desaparecer.