El Papa se suma a las celebraciones por el 700 aniversario de la canonización de santo Tomás - Alfa y Omega

El Papa se suma a las celebraciones por el 700 aniversario de la canonización de santo Tomás

En una carta al cardenal Marcello Semeraro, su enviado para la Misa del 18 de julio, Francisco subraya «su inmensa sabiduría espiritual y humana»

Redacción
Santo Tomás de Aquino. Casa Dominicana de Estudios de Washington (Estados Unidos).

«Santo Tomás de Aquino, lleno del espíritu de comprensión del Altísimo, aprendió sin envidia de los demás y compartió a través de escritos y oraciones una sabiduría excepcional», comienza en latín el Papa en una carta por el 700 aniversario de la canonización de este doctor de la Iglesia. La dirige al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, quien será su enviado especial en la celebración que, con este motivo, tendrá lugar en la abadía de Fossanova el próximo 18 de julio.

Francisco subraya del santo que «nunca se infló de conocimiento sino de amor». «Brilló con inteligencia y claridad mientras investigaba con reverencia los misterios divinos y los contemplaba con ferviente fe», explica en su carta. E invita a todos a «honrar el celo del ilustre doctor por la santidad y el estudio de la sagrada doctrina».

El Papa encarga al cardenal Semeraro presidir la celebración del aniversario. En ella, espera que se hable «de este eminente hombre de la Iglesia y de su inmensa sabiduría espiritual y humana». Así, «se animará a todos los participantes en este evento a mostrar su especial amor por Cristo y su Evangelio con renovada fuerza y ​​nuevo celo a través de la oración, la meditación y la consideración de las necesidades pastorales», para vivir la fe con celo ardiente en su vida diaria.

Obstáculos para ser dominico

Santo Tomás nació en Roccaseca en 1225, hijo de un matrimonio de aristócratas. Estudió en el monasterio benedictino de Montecassino y en Nápoles. Allí conoció la Orden de Predicadores. Tuvo que hacer frente a los muchos obstáculos que le puso su familia para ingresar en ella, hasta el punto de tenerlo preso un año. En París empezó a profundizar en la teología y a escribir sus primeras obras, bajo la influencia de san Alberto Magno. En su obra, por ejemplo, se distancia en algunos aspectos del pensamiento de san Agustín.

El Papa Urbano IV lo nombró consejero personal. Como parte de su función, le encargó la Catena aurea (comentario a los cuatro Evangelios) y el Oficio y Misa propios del Corpus Christi. Además, su Summa contra gentiles se convirtió en la guía de apologética de los dominicos en España. Por otro lado, consciente de que los textos de Aristóteles conservados en árabe podían contener errores de interpretación, encargó la traducción de muchas de sus obras a su amigo el erudito Guillermo de Moerbeke.

Pero su gran obra teológica es la Suma teológica, en la que presenta razonadamente casi todos los puntos de la teología católica: Dios uno y trino; la creación; el fin del hombre, moral y virtudes; Cristo; los sacramentos y escatología.