El Papa se siente «honrado de encontrarme con una Iglesia mártir» en Irak
En un vídeomensaje difundido la víspera de su viaje, Francisco invita a todos los creyentes del país a dejarse «contagiar por la esperanza, que anima a reconstruir y recomenzar»
Los cristianos y los «hermanos y hermanas de toda tradición religiosa» están llamados a «reforzar la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz». Es la invitación que lanza el Papa Francisco en el videomensaje enviado a Irak en la víspera de su histórico viaje. En sus palabras, en italiano, presenta su visita a una tierra «antigua y extraordinaria cuna de civilización», en primer lugar como «peregrino penitente» para implorar al Señor la sanación, «el perdón y la reconciliación tras años de guerra y terrorismo».
Quiere ser también, añade, «peregrino de paz, repitiendo» que, como dice Jesús en el Evangelio de Mateo, «todos somos hermanos». En esta búsqueda de la fraternidad, le anima «el deseo de rezar juntos y caminar juntos» en el «signo del padre Abraham, que «reúne a musulmanes, judíos y cristianos en una sola familia».
«Fe en medio de durísimas pruebas»
Pero la llamada a la fraternidad no le impide dirigirse en especial a los cristianos de Irak. Recuerda «las imágenes de las casas destruidas y las iglesias profanadas» que los iraquíes que huyeron de la furia del Dáesh aún tienen en sus ojos. Y se siente «honrado de encontrarme con una Iglesia mártir», a la que agradece de corazón su testimonio «de la fe en Jesús en medio de durísimas pruebas».
Desea asimismo que los numerosos mártires que ha dado «nos ayuden a perseverar en la humilde fuerza del amor». Por ello les exhorta a no permitir que «prevalezcan» los «terribles sufrimientos que habéis experimentado» ni a «rendirnos ante la expansión del mal».
La inspiración para ello surge de «las antiguas fuentes de sabiduría de vuestras tierras», que invitan a «hacer como Abraham que, aunque lo dejó todo, nunca perdió la esperanza» y dio origen a una numerosa descendencia. «Miremos a las estrellas del cielo», insiste en varias ocasiones. «Ahí está nuestra promesa».
Seguir el camino de Abraham
Por último, el Santo Padre habla a todos los ciudadanos de Irak, también musulmanes y yazidíes «que tanto han sufrido», para presentarse ante ellos como «peregrino de esperanza». En Nínive, recuerda, «resonó la profecía de Jonás, que evitó la destrucción y trajo una nueva esperanza, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esta esperanza, que anima a reconstruir y recomenzar».
El Papa alude también a la pandemia, con una llamada a «ayudarnos mutuamente a fortalecer la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz». Desde la tierra de la que partió Abraham, hoy «nos corresponde a nosotros continuar su camino, con el mismo espíritu, recorriendo juntos los caminos de la paz».