El Papa recuerda el deber de pagar impuestos
Ha pedido de nuevo la liberación de los rehenes israelíes y ayuda humanitaria para Gaza. También ha lamentado los ataques al hospital anglicano y a la parroquia greco-ortodoxa de la Franja
En la catequesis previa al rezo del ángelus de este lluvioso domingo en Roma, el Papa Francisco ha reflexionado sobre el significado de la expresión que recoge la lectura evangélica de la jornada: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».
La lluvia se ha detenido pocos minutos antes de que el Pontífice se asomara a su ventana del estudio del palacio apostólico para dirigir la oración mariana y explicar que, a veces, esta expresión no se usa de manera correcta.
Es una esquizofrenia
«A menudo se entienden como si Jesús quisiera separar a “César” y a “Dios”, es decir, la realidad terrenal de la espiritual», ha indicado el Papa. Incluso los fieles consideramos que esta expresión significa que «una cosa es la fe con sus prácticas y otra cosa, la vida de todos los días».
«No. Esto es una “esquizofrenia”, como si la fe no tuviera nada que ver con la vida concreta, con los desafíos de la sociedad, con la justicia social, con la política y etcétera», ha dicho Francisco quien ha proseguido con su catequesis asegurando que, en realidad, con esta expresión Jesús quiere que sepamos cuál es la importancia de cada uno.
Contribución como ciudadanos responsables
Primero, el Santo Padre ha indicado que «al “César”, —es decir, a la política, a las instituciones civiles, a los procesos sociales y económicos—, pertenece el cuidado del orden terrenal, de la polis; y nosotros, inmersos en esa realidad, debemos restituir a la sociedad lo que nos ofrece a través de nuestra contribución como ciudadanos responsables, prestando atención a lo que se nos confía, promoviendo el derecho y la justicia en el mundo del trabajo, pagando honestamente los impuestos, comprometiéndonos por el bien común».
Los cristianos no dan al César lo que pertenece a Dios
Pero, al mismo tiempo, Francisco ha recordado que, como hijos de Dios al que pertenece el hombre, nosotros «somos del Señor y no debemos ser esclavos de ningún poder mundano». Para insistir en esta idea, ha echado mano de una frase de Benedicto XVI: «Los cristianos dan a César solo lo que es de César, pero no lo que pertenece a Dios».
«Al César pertenecen las cosas de este mundo, pero el hombre y el mundo mismo pertenecen a Dios, ¡no lo olvidemos!», ha concluido el Papa.
Por último, como es habitual, ha dejado unas preguntas para la reflexión: «Comprendamos entonces que Jesús nos está devolviendo a cada uno de nosotros a la propia identidad: en la moneda de este mundo está la imagen de César, pero, ¿tú qué imagen llevas dentro de ti? Hagámonos esta pregunta ¿De quién eres imagen en tu vida? ¿Nos acordamos de pertenecer al Señor, o nos dejamos modelar por las lógicas del mundo y hacemos del trabajo, de la política, del dinero, nuestros ídolos a adorar?».
«Me duele el ataque al hospital anglicano y la parroquia greco-ortodoxa»
Tras la oración mariana, Francisco ha vuelto sobre la situación en Tierra Santa. Una vez más, ha pedido la liberación de los rehenes israelíes y ha abogado por que la ayuda a la Franja de Gaza sea constante. También ha lamentado los ataques a dos enclaves cristianos donde se refugiaban civiles: «Queridos hermanos y hermanos. De nuevo mi pensamiento va a lo que está sucediendo en Israel y Palestina. Estoy muy preocupado, apesadumbrado. Rezo y estoy cerca de cuantos sufren, de los rehenes, de los heridos, de las víctimas y de sus familiares. Pienso en la grave situación humanitaria en Gaza. Me duele que también el hospital anglicano y la parroquia greco-ortodoxa hayan sido atacados en días pasados. Renuevo mi llamamiento para que se abran espacios, se siga haciendo llegar la ayuda humanitaria y se libere a los secuestrados».
El Pontífice ha insistido en que la guerra es una derrota que supone «la destrucción de la fraternidad humana». «Hermanos, deteneos, deteneos», ha exclamado en una petición que nos remite a la de otros momentos históricos, también hecha por un Pontífice y desde la misma ventana.
Por último, Francisco ha recordado que el próximo 27 de octubre ha convocado una jornada de ayuno, oración y penitencia por la paz en la tierra de Jesús; y que este domingo es la Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND.