El Papa recibe a Manos Unidas: «Nos ha dicho que sigamos tocando al pobre»
La presidenta de la ONG explica a Alfa y Omega su encuentro con Francisco con motivo del 65 aniversario de la entidad: «Ha sido emocionante poder celebrarlo con el Santo Padre», asegura Cecilia Pilar
Con motivo de su 65 aniversario, el Papa Francisco ha recibido este lunes por la mañana a una delegación de Manos Unidas. La reunión se ha alargado durante 20 minutos y en ella Francisco «nos ha dicho que toquemos al pobre. Que sigamos tocando al pobre ante la indiferencia del mundo y las circunstancias dolorosas que les ha tocado vivir». Así lo asegura a la salida del encuentro Cecilia Pilar, presidenta de la ONG, que atiende a Alfa y Omega mientras se dirige a la Embajada de España ante la Santa Sede. Allí la comitiva se va a reunir también con la embajadora Isabel Celaá.
Desde Manos Unidas agradecen especialmente la acogida de la exministra de Educación, y actual embajadora, que el pasado domingo invitó a la delegación a asistir al acto del Papa en la plaza de España, ante la imagen de la Inmaculada Concepción, desde los balcones de la Embajada. «Fue un acto precioso y tuvimos el privilegio de seguirlo en primera línea» gracias a Celaá, rememora la presidenta. En el acto, el Santo Padre bendijo unas flores para la Virgen que expresan «nuestro amor y gratitud» y detrás de las que se esconden «las oraciones, los suspiros, hasta las lágrimas, especialmente las lágrimas de los pequeños y de los pobres», dijo el Santo Padre.
Sanidad de las mujeres de Belén
Además de su invitación a tocar al pobre, el Pontífice también ha lanzado un mensaje de apoyo al gen femenino de Manos Unidas, entidad que fue fundada en 1960 por iniciativa de un grupo de mujeres de Acción Católica tras realizar una primera campaña contra el hambre en 1959. «Ha resaltado la fuerza de la mujer que se desprende de nuestra organización y nos ha animado a continuar con ese impulso», indica Cecilia Pilar.
En este sentido, la presidenta de la ONG reconoce que el aliento del Papa les da fuerza para su trabajo cotidiano y, especialmente, para la última iniciativa puesta en marca por la entidad. «Acabamos de lanzar un reto de Navidad para que 2.000 mujeres embarazadas puedan tener acceso a una sanidad de calidad en Belén», subraya.
![Recepción en la Embajada de España en Roma](https://alfayomega.es/wp-content/uploads/2024/12/Manos-Unidas-Embajada-1024x597.jpg)
Según la entidad, el 70 % de las mujeres en comunidades vulnerables no tienen acceso a atención médica, lo que implica graves riesgos para las madres y los niños, tanto en el parto, como en el periodo postnatal. Para combatir esta situación, Manos Unidas, en colaboración con el Hospital Sagrada Familia, su socio local en la zona, ha lanzado una campaña que busca conseguir fondos y concienciar sobre esta problemática que afecta a miles de mujeres en situación de vulnerabilidad. El objetivo es recaudar 105.006 euros para ofrecer atención sanitaria directa a 2.000 mujeres y a sus bebés, proveer cuidados intensivos a 145 recién nacidos en riesgo y reponer el equipamiento de la UCI neonatal del Hospital de Belén.
La comitiva de Manos Unidas tiene previsto volver a España este mismo lunes. Atrás queda «un recuerdo imborrable de este 65 aniversario. Ha sido emocionante poder celebrarlo con el Santo Padre», concluye Cecilia Pilar, que dice haber visto al Papa con «una extraordinaria fuerza mental». Físicamente «está más limitado, porque además sufrió una contusión recientemente y tenía un hematoma en la cara», pero salvo por eso se le veía «con muchísima energía interior».
Señor Obispo, hermanas y hermanos, buenos días.
Estoy contento de recibirlos esta mañana, a ustedes de la comisión permanente de Manos Unidas–Comité Católico de la Campaña contra el Hambre en el Mundo.
Esta asociación, que surgió en 1959 como respuesta de las mujeres de Acción Católica de España al llamamiento de la FAO, que denunciaba el «hambre de pan, el hambre de cultura y el hambre de Dios que padece gran parte de la humanidad», y ustedes llevan adelante desde hace 65 años la tarea de ayudar y contribuir a la promoción y al progreso de los países en vía de desarrollo. Estuvo aquí, hace un par de meses la señora McCain, que lleva adelante la campaña del hambre y me dijo que ellos con toda la campaña apenas alcanzan a cubrir el 15 % del hambre en el mundo. Es muy duro, muy duro. Pensando en la labor que, con la sensibilidad y la fortaleza propias del genio femenino, ustedes realizan en la erradicación de esos males que siguen golpeando a tantas naciones, quisiera hacer referencia a la figura de la Madre de Dios, a quien celebramos en su Inmaculada Concepción. Porque la Virgen María es la Mujer por excelencia.
Nosotros estamos acostumbrados con esta cultura machista, a tener a la mujer, no digo como el perrito o el gato de la casa, pero como un ser humano de segunda categoría y nos olvidamos de que las que llevan adelante el mundo son las mujeres y —dicen algunos— son las que mandan. Pero están bien. Pero la mujer que lleva adelante una familia, que lleva adelante los pueblos, que se acerca a la necesidad, esa sensibilidad tan rica de la mujer.
María, con el corazón radicado en Dios, continúa atenta a las necesidades de sus hijos, solícita para ir a su encuentro y llevarles la consolación del Señor. Ella es el modelo plenamente realizado de nuestra humanidad, a través del cual, por la gracia de Dios, todos podemos contribuir para mejorar nuestro mundo. Y eso es lo que ustedes tratan de actuar gracias a su característica y a su intuición y realidad como madres, hijas y esposas y suegras.
Yo les cuento una anécdota que pasó aquí. La señora Úrsula, la secretaria del Consejo de Europa, es médico y madre de 7 hijos. Y un día le dije —había resuelto un problema muy difícil, con Bélgica, Holanda, mucha plata, lo había resuelto bien— y yo le dije: «señora —–estábamos sentados allá— ¿cómo hizo usted para resolver esto?» Empezó a hacer un gesto con las manos… Y respondió: «como hacemos las mamás». La mujer tiene esa genialidad, el genio femenino. Y así, con la compasión y la tenacidad que caracterizan el ánimo femenil, «Manos Unidas», Asociación Pública de fieles de la Iglesia católica en España, lleva a cabo su misión específica: luchar contra el hambre, el subdesarrollo y la falta de instrucción; comprometiéndose, además, en trabajar para erradicar las causas estructurales que producen estas cosas. Este cometido se hace posible solamente con una visión cristiana del ser humano, que tenga como fundamento el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
Hermanas y hermanos, los animo a seguir adelante con su hermosa misión de voluntariado, de asistencia, de caminar juntos. Y ya cercanos al Jubileo, los invito a ser peregrinos de esperanza y a reorientar la vida hacia Jesús, también a través de su contribución a la mejora material, al progreso moral y desarrollo espiritual de los más frágiles y necesitados, para ayudarlos a conseguir una vida que responda a la dignidad de hijos de Dios.
Deseo que este tiempo de Adviento, en la espera paciente, llena de esperanza en las promesas de Dios, nos ayude a todos a alcanzar una renovación espiritual para contribuir en la tan deseada construcción de la civilización del amor, de tal manera que nos permita unir nuestro amor filial hacia Dios con el amor al prójimo.
Que Jesús, en cada persona que ustedes encuentren, en cada persona que asistan, los bendiga; y la Virgen Santa los acompañe con su intercesión y amor maternal.
Y cuando yo confieso, suelo preguntar a las personas, cuando se da la ocasión: «¿Y usted da limosna?». Generalmente me dicen que sí. «Y usted cuando da limosna, ¿mira a los ojos a la persona a la que da la limosna? No sé». «¿Y usted le toca la mano o tira la moneda y después hace así?» Si vos no lo mirás a los ojos al mendigo, si vos no le tocás la mano, tu limosna no vale nada, porque no sale de tu corazón, sale sólo de tu bolsillo. Prediquen esto: mirar a los ojos y tocar la mano. Gracias.