«El Papa quiere tocar con sus propias manos el sufrimiento de los indígenas» - Alfa y Omega

«El Papa quiere tocar con sus propias manos el sufrimiento de los indígenas»

El cardenal Pietro Parolin asegura que Francisco quiere demostrar con hechos y, no solo con palabras, su cercanía a los pueblos sometidos al proceso de asimilación cultural en Canadá

Redacción
Foto: Vatican Media.

El cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, en declaraciones a los medios vaticanos, asegura que el viaje que el Papa emprende este domingo a Canadá, el número 37 de su pontificado, es una gira «muy deseada» por Francisco. Vatican News recoge las declaraciones del cardenal que acompañará a Francisco en este segundo viaje internacional del 2022 tras la visita a Malta en abril.

Parolin apunta a que uno de los objetivos de Francisco con este viaje es unirse al camino de reconciliación y curación que ha emprendido la Iglesia y la sociedad canadiense. Un camino, señala el purpurado, que parte «de una purificación de la memoria».

Durante el rezo del ángelus del pasado domingo, el Papa definió su viaje como «una peregrinación penitencial». El Secretario de Estado recalca precisamente esta intención del Pontífice durante su entrevista con Vatican News: «El Papa ha mostrado en varias ocasiones una gran preocupación por los pueblos indígenas. Pienso, por ejemplo, en la varias visitas durante sus viajes, en los numerosos encuentros que ha tenido en el Vaticano y también en la Exhortación Apostólica Querida Amazonía. En el caso de las poblaciones indígenas canadienses, se trata de una «peregrinación penitencial» tras los encuentros que mantuvo con algunos de sus representantes en Roma entre marzo y abril. Después de la escucha y de un primer encuentro, ahora se abre la posibilidad de un intercambio más amplio. Por eso, el Papa viajará durante varios días a lugares, incluso lejanos, con el deseo de visitar las comunidades indígenas donde viven».

Tan lejanos que Francisco, de hecho, se convertirá en el Pontífice que más cerca haya estado del Círculo Polar Ártico ya que uno de sus destinos, Iqaluit, está cerca del Polo Norte. Pese a la distancia, el Papa ha querido viajar hasta este lugar, casa de las poblaciones inuits, para, tal y como explica Parolin, «sobre todo, estar cerca, manifestar su cercanía de forma concreta». «Por eso se pone en marcha, para tocar con sus propias manos el sufrimiento de esas poblaciones, para rezar con ellas y para hacerse peregrino entre ellas», resume el Secretario de Estado.

El respeto a los mayores

Otra de las claves de este viaje que destaca el cardenal es la reconciliación. En los varios encuentros que el Papa mantendrá con las comunidades indígenas, Francisco reiterará «su vergüenza e indignación» por la participación de los católicos en las políticas de asimilación cultural. «En concreto, resulta doloroso el papel de algunos católicos en el llamado sistema de escuelas residenciales, que supuso la separación de muchos niños indígenas de sus familias», explica Parolin. El diplomático expresa su deseo de que estos encuentros en Canadá, además de estar marcados por la reconciliación, lo estén por la fraternidad y la esperanza y puedan servir para subrayar la sabiduría de los pueblos nativos: «Pienso, por ejemplo, en el cuidado de la familia y de la comunidad, en el cuidado de la creación, en la importancia que se da a la espiritualidad, en el fuerte vínculo entre generaciones, en el respeto a los mayores…».

Este último aspecto ha motivado a Francisco a viajar a Canadá para participar en la fiesta de los abuelos de Jesús. En Canadá hay mucha devoción por la figura de santa Ana, especialmente entre las poblaciones indígenas que la celebran con una gran peregrinación en el llamado «lago de Dios». «Allí, desde hace más de cien años, se celebra una peregrinación en honor a Santa Ana, la abuela de Jesús, y muchos enfermos y personas heridas en el cuerpo o en el espíritu se bañan en esas aguas. En ese lugar especial y en el contexto de un entorno natural muy sugestivo, será bonito, en lo que respecta a la evangelización, volver a las fuentes de la fe, pensar en Jesús que sacia la sed y cura derramando en los corazones el agua del Espíritu, el agua que brota para la vida eterna. Al mismo tiempo, como en otras etapas de otras visitas, el Papa no dejará de recordar la urgencia de la evangelización en un contexto fuertemente secularizado, apelando precisamente a los desafíos que el secularismo plantea a nuestras prioridades pastorales, a nuestros lenguajes y, en general, a nuestro modo de ser Iglesia y de testimoniar la fe hoy», concluye Parolin.