El Papa premia a los fundadores de Brotes de Olivo

Hace poco más de una semana, el sábado 13 de noviembre, el matrimonio formado por Vicente Morales (85) y Rosa Escala (80) –fundadores junto a sus hijos del grupo Brotes de Olivo– recibieron la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, concedida por el Papa Francisco e impuesta por Santiago Gómez, obispo de Huelva, por su trayectoria al servicio de la evangelización. Un acto al que pudo asistir, aunque en silla de ruedas, Vicente, a pesar de que el año pasado sufrió un ictus, pero no Escala, que ya tiene múltiples afecciones a causa de la edad y que estuvo representada en el acto por una de sus hijas.

«Ellos, la verdad, nunca han sido mucho de reconocimientos, pero están felices. Lo viven como un fruto del camino evangelizador que decidieron emprender cuando se casaron», reconoce su hija Judith Morales. Ambos recibieron este sacramento el 15 de abril de 1961, hace ya 60 años, que «han sido 60 años de servicio». Además de formar «una familia enorme –compuesta por 13 hijos–, «reflejo de la misión a la que se sintieron llamados» de hacer de este mundo una sola familia, «mis padres adquirieron el compromiso de lanzar el Evangelio a los laicos».

Eran los años del Vaticano II, y Vicente y Rosa crearon entonces el grupo Brotes de Olivo, que «nació en aquellas sobremesas familiares en las que mi padre sacaba la guitarra para entretenernos y mantenernos tranquilos», para cantar la Palabra de Dios. «Hicieron vida ese salmo en el que los hijos son como brotes de olivo alrededor de tu mesa y la esposa como parra fecunda», explica Morales. Una década después, de la banda musical surgió la Comunidad Pueblo de Dios, impulsada por el matrimonio para hacer vida lo que cantaban. «Allí la familia de sangre creció y se ha convertido en una numerosísima familia del espíritu», destacan desde la diócesis onubense.