El Papa: «Poner fin a la guerra es el deber de los políticos»
Clama por la paz en el Encuentro Internacional de Oración celebrado en Roma y promovido por la Comunidad de Sant’Egidio
«Poner fin a la guerra es el deber impostergable de todos los líderes políticos ante Dios. La paz es la prioridad de cualquier política. Dios le pedirá cuentas a quienes no han buscado la paz o han fomentado las tensiones y los conflictos durante tantos días, meses y años de guerra que han golpeado a los pueblos». Así de contundente se ha mostrado el Papa Francisco en su discurso durante el Encuentro Internacional de Oración por la Paz organizado este martes en la Plaza del Capitolio en Roma por la Comunidad de Sant’Egidio y en el que han participado numerosos representantes religiosos —entre ellos el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I— y líderes políticos como Sergio Mattarella, presidente de la República Italiana.
Durante su intervención, el Santo Padre ha advertido ante el riesgo de que el mundo, la política y la opinión pública se acostumbren al mal de la guerra «como compañero natural en la historia de los pueblos». «Dolores de guerra», ha dicho, que se ven agravados por la pandemia del coronavirus y la imposibilidad de acceder a los tratamientos necesarios. «¡Necesitamos la paz! ¡Más paz! No podemos permanecer indiferentes», añadió.
En este sentido, se ha preguntado por cómo salir de conflictos estancados y gangrenosos, desatar los nudos enredados de tantas luchas armadas, prevenir conflictos o pacificar a los señores de la guerra y a los que confían en la fuerza de las armas. La respuesta es «la fraternidad».
Recordando una idea que viene repitiendo en los últimos tiempos y está recogida en la encíclica Fratelli tutti, el Pontífice ha recalcado que «ningún pueblo, ningún grupo social puede por sí solo lograr la paz, el bien, la seguridad y la felicidad». Y ha añadido: «Ninguno. La lección de la reciente pandemia, si deseamos ser honestos, es la conciencia de ser una comunidad mundial que navega en una misma barca, donde el mal de uno perjudica a todos».
«La fraternidad, que nace de la conciencia de ser una sola humanidad, debe penetrar en la vida de los pueblos, en las comunidades, entre los gobernantes, en los foros internacionales. De esta manera, aumentará la conciencia de que sólo podemos salvarnos juntos encontrándonos, tratándonos, evitando las peleas, reconciliándonos, moderando el lenguaje de la política y de la propaganda, desarrollando caminos concretos para la paz», ha concluido.
El ejemplo de las religiones
Francisco ha puesto como ejemplo los pasos dados por las religiones en materia de diálogo y ha dicho que «es un signo de esperanza que nos anima a trabajar juntos como hermanos». «Así hemos llegado al importante Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y convivencia común que firmé con el gran imán de al-Azhar, Ahmed al-Tayyeb en 2019», ha recordado.
Y ha añadido: «Los creyentes han entendido que la diversidad de religiones no justifica la indiferencia o la enemistad. En efecto, partiendo de la fe religiosa, uno puede convertirse en artesano de la paz y no en espectador inerte del mal de la guerra y del odio. Las religiones están al servicio de la paz y la fraternidad. Por eso, el presente encuentro también impulsa a los líderes religiosos y a todos los creyentes a rezar con insistencia por la paz, a no resignarse nunca a la guerra, a actuar con la fuerza apacible de la fe para poner fin a los conflictos».