El Papa pone a los pobres en el centro de su pontificado

Con un gesto de enorme audacia, el Papa León XIV firmó este sábado, coincidiendo con la fiesta de san Francisco de Asís, el primer documento magisterial de su pontificado, una exhortación apostólica sobre los pobres titulada Dilexi te, Te he amado, que se publicará y presentará este jueves. Con esa firma, León XIV pone a los pobres como fundamento, centro y también modelo de su pontificado. Además, confirma la continuidad con el carisma de su predecesor. Los pobres ocuparon un lugar prevalente en el pontificado del Papa Francisco: cuidaba a aquellos que vivían cerca del Vaticano con duchas, tarjetas telefónicas y sacos de dormir; los invitaba a desayunar en Santa Marta o iba a verlos a favelas, cárceles o centros de Cáritas. Sin embargo, como esos gestos de gran impacto no entraron como tema central en ningún gran documento del magisterio solemne, se corría el peligro de pensar que esa actitud ejemplar se limitaba a aquel pontificado. 

Ahora, en su primer gran texto oficial, León XIV recuerda que la ayuda a los pobres es una enseñanza evangélica y pide a los católicos que estas personas ocupen también un lugar importante en su vida de fe. En el texto reivindica la dignidad inviolable de cada persona —como dijo a los pobres que invitó almorzar en Castel Gandolfo, «en todas las personas encontramos la presencia de Dios»— y recuerda las bases teológicas de la «predilección» de la Iglesia por los necesitados. «El Santo Padre comenta el Evangelio, y es el Evangelio el que dice que el pobre es el mismo Cristo. Por eso, León pone en primer plano a los pobres, porque tenemos que poner a Cristo en primer plano. Es lo mismo que enseñaba el Papa Francisco, pero dicho en modo oficial, en un documento pontificio», explica a Alfa y Omega uno de los cardenales que ha contribuido al nuevo documento. 

La particularidad de Dilexi te es que es obra de dos Papas, de Francisco y de León. Bergoglio había iniciado este texto con la idea de publicarlo en el marco del Jubileo. También Francisco ultimó la encíclica Lumen fidei, que había dejado casi terminada Benedicto XVI. 

Su título se enlaza con Dilexit nos (Nos amó), la última encíclica de Francisco, de octubre de 2024, sobre la devoción al Sagrado Corazón. Contiene ecos del viaje del anterior Pontífice a Asís el 4 de octubre de 2013, meses después de ser elegido Papa, donde estuvo con pobres y con personas con discapacidad severa. «Igual que Jesús está presente y oculto detrás de la sencillez y mansedumbre de un pan, Jesús está oculto en estas personas. En el altar adoramos la carne de Jesús; en ellos encontramos las llagas de Jesús. Jesús oculto en la Eucaristía y Jesús oculto en estas llagas», dijo entonces.

Es tradicional que presente los documentos papales quien haya contribuido a elaborarlos. En este caso, será el franciscano francés Frédéric-Marie Le Méhauté, autor de Revelado a la gente sencilla, donde recoge conversaciones sobre cuestiones de teología con pobres, marginados y enfermos sin formación académica. Al Papa Francisco le gustaron algunos de aquellos sugerentes comentarios sobre cómo perciben a Dios: «Dios es gratis»; «Dios teje mi vida. Da sentido a mi vida. Él hará de ella un jersey o una bufanda»; «habiendo recibido el Espíritu Santo, hablo en todas las lenguas: una mano tendida, una sonrisa, un saludo, y todo el mundo me entiende». Significa que la atención a los pobres no se limita a ayudarlos o a ser solidarios, sino a aprender de ellos y de su fe.

Dilexi te es, por muchos motivos, una sorpresa. No se trata del esperado documento magisterial en el que León XIV lleva meses trabajando para explicar las líneas maestras de su pontificado, pero sí que ya muestra una de las brújulas que guiarán sus decisiones.