El Papa, a los poderosos: «escuchen el grito de la Tierra y el grito de los pobres»
El Pontífice emite un mensaje con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación
Este miércoles la audiencia general ha vuelto a tener como escenario la plaza de San Pedro, aunque visiblemente más vacía que en otras jornadas, quizá porque los peregrinos se habían acostumbrado al recinto de Pablo VI que tiene una capacidad limitada y por eso no han asistido tan numerosos a esta catequesis de los miércoles. No obstante, el Santo Padre no se ha privado de recorrer la plaza en papamóvil e incluso ha subido consigo a 6 niños que han disfrutado del viaje de sus vidas.
Durante la catequesis, el Santo Padre ha invitado a quienes detentan el poder «a escuchar el grito de la tierra y el grito de los pobres, que son quienes más sufren por los desequilibrios ecológicos». En vísperas de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, el Papa Francisco hace este llamamiento ante las catástrofes naturales que en los últimos tiempos se están cobrando la vida de cientos de personas en todo el mundo, desde el huracán Harvey, pasando por las inundaciones en India, Nepal y Bangladés hasta el corrimiento de tierras en Sierra Leona. En este último caso, la deforestación intencionada y la construcción ilegal parecen estar detrás del alud que se estima que puede haber provocado hasta mil muertos. Pero el Pontífice no solo ha apelado a los potentes sino también a la responsabilidad individual de cada persona, una invitación a la conversión ecológica a la que urge en su encíclica Laudato Si’.
Una labor de concienciación
Precisamente para esta Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación que se celebra el primero de septiembre, el Papa Francisco ha emitido un mensaje conjunto con el patriarca ecuménico Bartolomé en el que animan a «los cristianos y los no cristianos, a las personas de fe y de buena voluntad» a estar unidos para «demostrar misericordia con nuestra casa común, la tierra, y valorar plenamente el mundo en el que vivimos como un lugar para compartir y de comunión».
El Santo Padre vuelve a proponer el cuidado de esta casa común como una nueva obra de misericordia y enumera algunas de las actitudes y comportamientos sencillos que resultan respetuosos con la Creación: «Por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas, entre otras cosas. No debemos pensar que estos esfuerzos sean demasiado pequeños para mejorar el mundo».
En este mensaje Francisco vuelve a denunciar el cortoplacismo de los gobernantes y la búsqueda única del beneficio para pedir una política, una cultura y una sociedad «urgentemente reorientadas hacia el bien común, que incluye la sostenibilidad y el cuidado de la Creación». Recuerda además que existe una «deuda ecológica» entre el norte y el sur que solo podrá saldarse al ocuparse «del cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financieros y asistencia técnica que les ayuden a gestionar las consecuencias de los cambios climáticos y a promover el desarrollo sostenible».
Ángeles Conde / ABC