El Papa no viajará a Kiev antes de la visita a Kazajistán - Alfa y Omega

El Papa no viajará a Kiev antes de la visita a Kazajistán

En una entrevista a CNN Portugal, Francisco subraya que los abusos sexuales en el seno de la Iglesia son «diabólicos» y no están relacionados con el celibato

María Martínez López
Un momento de la entrevista. Foto: CNN Portugal

El Papa Francisco no visitará Kiev en las próximas semanas, como se especuló en algún momento del verano. «La visita está en el aire», afirma en una entrevista a CNN Portugal cuya primera parte se emitió el domingo. Pero por ahora «no puedo ir porque después del viaje a Canadá la recuperación de la rodilla se ha resentido un poco». Como consecuencia, «el médico me lo prohibió: “No puedes ir antes de Kazajistán”».

Del 13 al 15 de septiembre, Francisco viajará a este país de Asia central para participar en el VII Congreso Mundial de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales. Ahí, estaba previsto que se reuniera con el patriarca ruso, Cirilo, al que también se esperaba.

Por ello, el embajador de Ucrania ante la Santa Sede sugirió públicamente a comienzos de agosto que antes de que esto ocurriera el Papa quería visitar Ucrania. Finalmente, ninguno de los dos encuentros tendrá lugar. Aunque el Santo Padre si estará en Kazajistán, no así el patriarca ruso, según anunció Moscú el 25 de agosto.

«Hago todo lo que puedo»

Ante la pregunta de qué les diría a los presidentes de Rusia y Ucrania, el Papa reconoce en la entrevista: «No lo sé». «He dialogado con ambos. Los dos me visitaron aquí antes de la guerra. Y siempre he creído que en el diálogo siempre avanzamos. ¿Sabe quién no sabe hablar? Los animales».

«Hago todo lo que puedo y pido a todos que hagan lo que puedan», afirma con un tono de cierta impotencia. «Acompaño desde mi dolor y mi oración». Pero «es una situación muy trágica».

Un solo abuso es «monstruoso»

Uno de los temas centrales de la entrevista es el de los abusos sexuales por parte de sacerdotes. En el país vecino, la Comisión Independiente para el Estudio de Abusos a Menores en la Iglesia Católica ha documentado más de 350 denuncias desde el pasado enero. En la conversación, el Pontífice reclama una política de «tolerancia cero» ante unos actos que «destruyen vidas», denuncia.

«No niego el abuso, aunque fuera uno solo es monstruoso». Y añade que «un sacerdote no puede seguir siendo sacerdote si es abusador. No puede porque es un enfermo o un criminal». El presbítero o el religioso «existe para encaminar los hombres hacia Dios y no para destruir a los hombres en nombre de Dios».

Por otro lado, afirma que «no tiene que ver con el celibato». «El abuso es destructivo, humanamente diabólico, porque en las familias no hay celibato y también ocurre».

Diálogo con los jóvenes

La vida de la Iglesia lusa está marcada también por la cuenta atrás para la Jornada Mundial de la Juventud, el año que viene en Lisboa. ¿Estará Francisco? «Irá Francisco o Juan XXIV», bromea en un adelanto de la segunda parte, «pero el Papa va». Una forma de subrayar el interés de la Iglesia por estas citas, fruto de una «genialidad de san Juan Pablo II».

Sobre cómo tratar con los jóvenes, el Papa incide en que «tienen su lenguaje propio», y «hay que estar preparado» para ello. También son más audaces y libres para acercarse unos a otros en función de intereses comunes. Es necesario «escucharlos en su modo de interpretar las cosas y responderles de modo que puedan entender».

En este sentido, recuerda su vivencia durante el encuentro con jóvenes en el Vaticano en marzo de 2018, previo al Sínodo de los Obispos sobre este tema. «Ahí aprendí, porque me pusieron dificultades muy grandes, y yo no me preocupé en responder a la dificultad», sino que trató de «ponerse» en esa dificultad. «Algunos me atacaron, pero no me ofendieron, porque fueron muy sinceros». En contraste con ello, confiesa que le cuesta más dialogar con los adultos, por su «doble lenguaje».

«Faltaban mujeres»

La autora de la entrevista, Maria João Avillez, aprovechó la ocasión para preguntar al Papa también por el papel de las mujeres en la Curia, y en concreto sobre el nombramiento de tres de ellas para el Dicasterio para los Obispos. «En la administración normal de la Iglesia faltaban las mujeres»; no solo en puestos como las secretarías. Ahora, resaltó, hay incluso una vicegobernadora. «Incluir a la mujer no es una moda feminista, es un acto de justicia que, culturalmente, estaba dejada de lado».

En cuanto a la labor concreta de la elección de obispos, Francisco comparte que en su experiencia, «los informes más maduros que yo recibía para dar la ordenación sacerdotal de los seminaristas eran los que hacían las mujeres». Su capacidad administrativa, su «maternalidad» en medio de la toma de decisiones y de los conflictos, el «nunca abandonar lo perdido» y su ternura son otras cualidades que pueden y deben aportar al funcionamiento de la Iglesia.

Como consejo para poner «luz y reconciliación» en este tiempo difícil, como le pedía la periodista, Francisco propone «abrir la ventana». «Mira más allá de la nariz. Mira, abre, mira el horizonte. Y abre tu corazón».