Pedro Strecht: «No buscamos números, sino escuchar a las personas» - Alfa y Omega

Pedro Strecht: «No buscamos números, sino escuchar a las personas»

El psiquiatra infantil coordina la comisión independiente que estudia los abusos en el seno de la Iglesia en Portugal

Fran Otero
El psiquiatra portugués lidera un equipo interdisciplinar formado por seis personas. Foto: Contraponto / Porto Editora.

¿Por qué aceptó este encargo?
La Iglesia en Portugal quiere saber realmente lo que pasó. Además, me han dado total libertad para elegir el equipo. Y, como psiquiatra de niños y adolescentes, sé cómo el sufrimiento causado por el abuso sexual constituye un dolor emocional real e intenso, algo profundamente traumático, casi siempre no revelado. No fue una decisión fácil. Hace casi 20 años fui el médico de los niños del caso Casa Pía [escándalo de abusos sexuales], que duró años. Terminó con la condena de todos los acusados, pero supuso un enorme desgaste personal y profesional. Tuve protección policial diaria durante tres años y diez meses.

Investigarán los abusos entre 1950 y 2022. ¿Por qué este periodo?
Teníamos que definirlo, como también el tiempo de nuestra actuación, que será de doce meses. ¿Podría ser más o menos? Sí. De todas formas, atenderemos a todos al margen de las fechas. También lo elegimos porque es importante entender lo que ocurrió en Portugal en épocas tan diversas como las décadas anteriores a la revolución del 25 de abril de 1974 o los tiempos de libertad.

¿Cómo se puede contactar?
Cualquier persona puede contar lo que le sucedió de forma anónima. La confidencialidad y el secreto profesional están garantizados. Se puede rellenar un cuestionario online, llamar por teléfono o enviar un correo electrónico para contar la historia, o pedir ser recibido individualmente, siempre por dos profesionales del equipo.

¿Qué otras áreas van a investigar?
Está prevista la colaboración con la propia Iglesia para el análisis de los archivos históricos de las 21 diócesis. También se está contactando con otras organizaciones implicadas en este ámbito. En el equipo contamos con una persona de los medios de comunicación, que recopilará todo el material publicado en el periodo estudiado.

Bio

Nacido en Coimbra en 1966, Pedro Strecht vio en la psiquiatría el modo perfecto de aunar dos de sus grandes intereses: la medicina y las humanidades.

Le venía de familia: su abuelo era médico, su madre pianista y su tío escritor y periodista. Tiene raíces en España, pues su bisabuelo materno era gallego y su madrina de Bautismo, madrileña. Es autor de más de 30 libros.

¿Cuántos casos han recibido?
La respuesta inicial ha sido fantástica y esperamos que, poco a poco, el miedo, la vergüenza y la culpa instaladas durante décadas en la vida de tantas víctimas puedan romperse con la fuerza de cada testimonio. En pocos días hemos superado los 150 casos. Pero no hay que estar contentos o insatisfechos. No buscamos números; queremos escuchar a las personas, llegar a ellas, darles voz, sean más o menos. Cada una cuenta.

¿Cuál es su percepción sobre los abusos en la Iglesia? ¿Son más o menos que en otros ámbitos?
Es muy difícil estar seguro. Ahora bien, hay algo que es inequívoco en casi todos los estudios: la mayoría de los abusos sexuales a niños y adolescentes ocurren en espacios familiares para las víctimas y son cometidos por personas próximas, razón por la que aumentan el silencio y la continuidad de los mismos.

En la presentación de la comisión habló del efecto iceberg. ¿Afectará a esta investigación?
El efecto iceberg siempre está presente en el estudio de los abusos sexuales a menores. Al igual que un iceberg, del que solo se ve una pequeña parte por encima del nivel del mar, aquí entre el 75 % y el 80 % de los casos nunca se conocerán. En el estudio de Francia, el número final de casos es una extrapolación de lo que se encontró realmente.

El lema de su comisión es Dar voz al silencio.
Dice que es posible hablar; ser escuchado sin ser juzgado, y ponerse en el lugar del niño o de la niña que ve su cuerpo manipulado, invadido, con las barreras emocionales destruidas. Y superar el miedo, la vergüenza y la culpa. Hemos recibido informes de un dolor atrapado, una violencia y un desamparo inmensos. Y, a la vez, ejemplos de grandeza. Pocos piden la acusación de aquel, el castigo o la sanción del otro, e incluso hay quienes perdonan. Les basta saberse escuchados y sentir que recuperan la dignidad.

¿Van a realizar un estudio sociológico como en Francia?
Analizaremos el material recogido como en Portugal, no como este u otro país. Con los datos saldrán definiciones y perfiles sociológicos.

¿Qué espera de la investigación?
Espero llegar al final con la sensación del deber cumplido. No lo hemos hecho todo, pero tenemos la certeza de que hemos abierto puertas que no se volverán a cerrar y que otros podrán seguir explorando. Deseo que sea útil para sanar el pasado y reinventar el futuro.