El Papa escribe por Navidad a los presos de Teruel: «Jesús nos amó hasta el fin»
Los internos enviaron a Francisco una cruz de cuero con una carta y varias oraciones
«En cada cruz que nace del trabajo de vuestras manos, como la que ahora tengo conmigo, no hay solamente una manualidad. Hay una certeza: en la cruz Jesús nos amó hasta el fin, y en la cruz Dios nos regala cada día una nueva oportunidad para dejarnos renovar por su amor». Estas palabras forman parte de una carta que el Papa Francisco ha hecho llegar a los presos que atiende la diócesis de Teruel-Albarracín.
Hace unos meses, un grupo de internos del centro penitenciario de Teruel realizó con sus propias manos una cruz de cuero acompañada de una carta de presentación, y en cuyo interior colocaron las oraciones del padrenuestro, avemaría, gloria y otra más atribuida a san Francisco de Asís. Durante la Misa de Nochebuena, que celebró en la prisión con los internos y los agentes de pastoral penitenciaria, el obispo de Teruel-Albarracín, José Antonio Satué, leyó la carta de agradecimiento del Santo Padre, a la que todos los presos respondieron con un gran aplauso.
«Un regalo de Navidad»
Fernando Ruiz Valero, mercedario y delegado de Pastoral Penitenciaria de Teruel-Albarracín, cuenta así la intrahistoria de este regalo de ida y vuelta: «Algunos internos del centro están en talleres de oficios. En ellos, uno empezó a hacer cruces muy sencillas y humildes, pero que transmiten mucha fe. Las regaló a los capellanes, y también hizo una para nuestro obispo anterior y otra para don José Antonio, el actual. Luego se vinieron arriba y dijeron: “¿Y si le hacemos una al Papa?”. Y así fue».
El capellán relata asimismo que en una Eucaristía todos los internos y los voluntarios «oramos sobre esa cruz, que pasó de mano en mano, y rezamos por el Papa y por nosotros. Todos los que han participado en este regalo estamos muy metidos en él».
Días después, José Antonio Satué se la llevó al Papa aprovechando la visita ad limina de algunos obispos españoles, acompañada por una misiva firmada por unos 15 o 20 internos. «La carta del Papa la teníamos respondida al día siguiente, con su firma a mano», destaca el mercedario.
Para Ruiz Valero, «Francisco nos dice a todos que esta cruz no es un detalle bonito, sino que contiene todo el sufrimiento de la gente que está en prisión, y también la esperanza de una redención, algo de lo que en la cárcel sabemos mucho. La cruz no es un signo superficial para alguien que ha tocado fondo».
En este sentido, el capellán concluye que «el Evangelio no es de las personas buenas, sino de los que de verdad lo necesitan. Que el Papa tenga esta sintonía con esta pastoral es algo muy grande y muy cercano para nosotros. Su gesto ha sido un auténtico regalo de Navidad».
Como cada año, las delegaciones de Pastoral Penitenciaria de las diócesis aragonesas han llevado a cabo la campaña Minutos de esperanza, para que los presos de los centros de la región puedan comunicarse con sus familiares en estas fechas navideñas.
De este modo, han sido 2.000 los internos que han podido disfrutar de una tarjeta por valor de cinco euros y hablar así con sus seres queridos, ya que en las prisiones no se permiten los teléfonos móviles. Para acogerse a esta iniciativa se ha dado prioridad a los que no tienen recursos económicos, que representan el 30 % del total.