El Papa, desde el Gemelli, se pregunta si ha llegado «el fin del mundo» - Alfa y Omega

El Papa, desde el Gemelli, se pregunta si ha llegado «el fin del mundo»

En un mensaje a la Pontificia Academia para la Vida, denuncia la «progresiva irrelevancia de los organismos internacionales» y «la ley del más fuerte». «No será la tecnocracia la que nos salve», advierte

Rodrigo Moreno Quicios
Estatua de Juan Pablo II a las afueras del hospital Gemelli de Roma
Estatua de Juan Pablo II a las afueras del hospital Gemelli de Roma. Foto: CNS / Lola Gómez.

Con un mensaje firmado desde el hospital Gemelli de Roma, el Papa Francisco advierte de la «policrisis» que vive el mundo a los integrantes de la Pontificia Academia para la Vida, un ente que celebra su asamblea general desde este lunes hasta el próximo miércoles. Se refiere con este término a la conjunción de «guerras, cambio climático, problemas energéticos, epidemias, fenómenos migratorios e innovaciones tecnológicas». A su juicio, «el entrelazamiento de estas cuestiones, que tocan simultáneamente diferentes dimensiones de la vida, nos lleva a cuestionar el destino del mundo y nuestra comprensión del mismo». No en vano, su documento lleva como título ¿Fin del mundo? Crisis, responsabilidad y esperanza.

Según el Papa, el primer paso para evitar el desastre es «examinar con mayor atención nuestra representación del mundo y del cosmos». Advierte de la necesidad de «analizar seriamente nuestras profundas resistencias al cambio» y tomar nota para «no seguir haciendo lo que ya hicimos en otras crisis». En concreto, hace referencia a una «recentísima», la pandemia de la COVID-19, que «hemos desperdiciado» porque «podríamos haber trabajado más a fondo por la transformación de las conciencias y de las prácticas sociales».

El segundo paso para «evitar quedarnos inmóviles, anclados en nuestras certezas, nuestros hábitos y nuestros miedos» consiste en «escuchar atentamente la contribución de los saberes científicos». Hace mucho hincapié en esta palabra, la escucha, porque «es decisiva». «Es una de las palabras clave de todo el proceso sinodal que iniciamos y que ahora se encuentra en fase de aplicación», recalca. En ese sentido, agradece a esta academia que encabeza el arzobispo Vincenzo Paglia «vuestro intento de practicar en vuestro ámbito específico esa “profecía social” de la que también hablaba el Sínodo».

En opinión del Papa, esa escucha constante de las ciencias «nos propone nuevamente nuevos conocimientos» y hace emerger «una visión mucho más dinámica de la naturaleza respecto a lo que se pensaba en tiempos de Newton». Y afirma con firmeza que «no será la tecnocracia la que nos salve» al tiempo que advierte de que «asumir una desregulación utilitarista y neoliberal planetaria significa imponer como única regla la ley del más fuerte». Como alternativa, invita a «practicar un ejercicio de transdisciplinariedad» que logre «poner al homo sapiens en estrecha conexión con el entero sistema de seres vivos».

De acuerdo con el Pontífice, «estas formas de interpretar el mundo y su evolución, con las inéditas maneras de relacionarse con él, pueden proporcionarnos signos de esperanza». Unas intuiciones hacia las que «caminamos en su búsqueda como peregrinos durante este año jubilar». Para el Papa, «la esperanza es la actitud fundamental que nos sostiene en el camino». Y que no consiste en «esperar con resignación sino en tender la mano con ímpetu hacia la verdadera vida, que lleva mucho más allá del estrecho perímetro individual».

Precisamente resalta «esta dimensión comunitaria de la esperanza frente a una crisis compleja y planetaria». Constata una «progresiva irrelevancia de los organismos internacionales, minados por actitudes miopes y preocupadas por tutelar intereses particulares». Y reclama, apoyándose en su encíclica Fratelli tutti, «organismos mundiales más eficaces, dotados de autoridad para asegurar el bien común». Finalmente, encomienda a la Pontificia Academia para la Vida que realice un buen trabajo y confía sus frutos a «la intercesión de María, Sede de la Sabiduría y Madre de la Esperanza».