El Papa condena el «atroz asesinato» del presidente de Haití
Los obispos haitianos lo califican de «repugnante e inadmisible» y apelan al diálogo y al consenso para «salir del estancamiento político»
El Papa Francisco ha enviado un telegrama a la Nunciatura Apostólica en Haití –firmado por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin– en el que condena el «atroz asesinato» de Jovenel Moïse, presidente del país, que fue tiroteado en su residencia por hombres que se habían hecho pasar por miembros de la agencia antidroga de los Estados Unidos.
El miércoles a última hora, madrugada del jueves en España, la Policía haitiana abatió a cuatro de los presuntos asesinos y detuvo a otros dos en el curso de una operación en la que, además, consiguió liberar a tres agentes que habían sido secuestrados, informa EFE. Esta tuvo lugar muy cerca de la vivienda del propio Moïse.
Con todo, el Pontífice transmite sus condolencias a todo el pueblo haitiano y a la esposa del presidente, que fue gravemente herida y cuya vida encomienda a Dios. «Mientras ruega al Padre de la misericordia por el descanso del alma del fallecido, el Santo Padre expresa su tristeza y condena toda forma de violencia como medio para resolver crisis y conflictos», recoge el mensaje.
Finalmente, muestra el deseo de que todo el país viva «un porvenir de concordia fraterna, de solidaridad y de prosperidad». «En señal de consuelo, invoca la abundancia de las bendiciones divinas sobre Haití y todos sus habitantes», concluye.
Los obispos haitianos: «Repugnante e inadmisible»
Por su parte, la Conferencia Episcopal de Haití (CEH) también ha reaccionado al suceso de forma contundente: «La CEH deplora y condena este inadmisible y repugnante asesinato, y presenta sus sinceras condolencias a los padres y amigos de la pareja presidencial. Que el alma del fallecido descanse en paz y la primera dama recupere su salud».
En su opinión, este acontecimiento marca un punto de inflexión en la historia del país, «lamentablemente dictado por la elección deliberada de la violencia, hecha desde hace tiempo, por muchos sectores de la población como método de supervivencia y resolución de conflictos».
«La violencia solo puede engendrar violencia y conduce al odio. Nunca ayudará a nuestro país a salir de este estancamiento político que solo puede resolverse mediante el diálogo, el consenso, el espíritu de compromiso por el interés superior de la nación, por el bien común del país. […] ¡Depongan las armas! ¡Elijan la vida!», añaden en una nota.