El Papa celebra como «un signo de esperanza» el envío del barco con grano desde Ucrania

El Santo Padre no ha querido pasar por alto este domingo la gran fiesta de la juventud que se ha celebrado en Santiago de Compostela estos últimos días. Les ha enviado un cariñoso saludo y su bendición: «Hoy es la jornada culminante de la Peregrinación Europea de Jóvenes en Santiago de Compostela retrasada el año pasado que era año santo compostelano. Con alegría bendigo a cada uno de los jóvenes que han participado y bendigo también a los que han trabajado para organizar y acompañar este acontecimiento. Que vuestra vida sea siempre un camino, un camino con Jesucristo, un camino hacia Dios y hacia los demás, un camino en el servicio y en la alegría».

Como ya ha revelado el mismo Francisco en alguna ocasión, lleva siempre en su pensamiento a Ucrania. Este domingo ha celebrado que al menos haya habido un acuerdo entre Ucrania y Rusia sobre las exportaciones de grano y que, después de muchas vicisitudes, haya podido partir una primera nave cargada con cereales. Para el Papa, este es «un signo de esperanza» que demuestra que es posible el diálogo: «Espero de corazón que siguiendo este camino se pueda poner fin a los combates y llegar a una paz justa y duradera espero de corazón que siguiendo este camino se pueda poner fin a los combates y llegar a una paz justa y duradera». El buque granelero Razoni partió el 1 de agosto del puerto de Odesa tras el acuerdo alcanzado, gracias a la mediación turca, entre Rusia y Ucrania. Todavía no ha llegado a destino.

Este sábado el Papa recibió al embajador de Ucrania ante la Santa Sede. El diplomático deslizó la posibilidad de que el Santo Padre visite Kiev a principios de septiembre, incluso antes de su viaje a Kazajistán.

«Despiertos, vigilantes»

En su alocución previa al rezo del ángelus, ha explicado que Jesús nos invita a no temer «porque nuestra historia está firmemente en las manos de Dios», que siempre provee. «A veces nos embarga un sentimiento de desconfianza y de angustia: es el miedo de no lograr lo que queremos, de no ser reconocidos y amados, de no conseguir realizar nuestros proyectos, de no ser nunca felices… Y entonces nos afanamos buscando soluciones, para encontrar algún espacio en el que emerger, para acumular bienes y riquezas, para obtener seguridades; ¿y cómo terminamos? Terminamos viviendo en la ansiedad y en la preocupación constante», ha reconocido Francisco.

Sin embargo, ha explicado, Jesús nos tranquiliza y nos ofrece la certeza de no tener miedo porque Dios nos da todo lo que necesitamos, empezando por su propio hijo. Esto no significa aletargarse sin prestar atención a los demás, ha advertido el Pontífice. «Al contrario, debemos estar despiertos, vigilantes» porque hemos de estar atentos a los demás y a sus necesidades.

Ese es el llamamiento que el Papa ha querido transmitir en esta catequesis, que hace falta estar despiertos, preparados, tal y como nos advierten las parábolas: «Es necesario estar despiertos, no dormirse, es decir no estar distraídos, no ceder a la pereza interior, porque, también en las situaciones en las que no lo esperamos, el Señor viene».

Porque «al final de la vida nos pedirá cuentas de los bienes que nos ha encomendado; por esto, vigilar significa también ser responsables, es decir custodiar y administrar esos bienes con fidelidad», ha concluido el Santo Padre que además ha lanzado dos preguntas para la reflexión: «¿Cuidamos de este patrimonio que el Señor nos ha dejado?, ¿custodiamos la belleza o usamos las cosas solo para nosotros y para nuestras conveniencias del momento?».