El Papa arropa a una familia gitana hostigada por la extrema derecha
Los «ciudadanos de segunda» son quienes «rechazan a la gente», clama al Papa al recibir a cerca de 500 gitanos
El Papa saludó este jueves en la sacristía de la basílica de San Juan de Letrán a la familia Omerovic, de etnia gitana y religión musulmana, que recibió insultos racistas por parte de una turba de extrema derecha, convocada por la organización profascista CasaPaound, en un barrio de la periferia de Roma.
Según informó el portavoz del Vaticano, Alesandro Gisotti, fue un gesto con el que el Pontífice quiso «expresar su cercanía a esta familia y su total condena a cualquier forma de odio y violencia». La familia, originaria de Bosnia y con doce hijos de diversas edades, fue trasladada esta semana a una casa de protección oficial después de haber vivido más de una década en campamentos a la intemperie. Durante la mudanza un pequeño apartamento en Casal Bruciato, en las afueras de la capital, fueron increpados con insultos racistas y amenazas, mientras los más pequeños de la familia lloraban. En particular la hija de dos años, en brazos de su madre, a quien un energúmeno amenazaba con violar.
Según fuentes vaticanas, Francisco había deseado trasladarse personalmente a Casal Bruciato, pero las dificultades en materia de seguridad lo desaconsejaron. Por ese motivo se tomó la decisión de recibirles por la tarde en la sacristía de la Basílica de San Giovanni en Letrán antes de un encuentro con representantes de la diócesis de Roma, de la que es obispo el Papa.
Se da la circunstancia de que esa misma mañana el Papa había recibido a cerca de 500 gitanos en el Palacio Apostólico en una oración, prevista desde hacía tiempo. Durante ese encuentro Francisco hizo referencia al episodio de violencia xenófoba: «Hoy leí cosas malas en el periódico y sufro, porque no es civismo. El amor es civismo», declaró.
Además señaló que los «ciudadanos de segunda» son aquellos que «rechazan a la gente» y «viven con una escoba en la mano para expulsar a los otros».