El Papa advierte a los religiosos de que no sustituyan «relaciones reales por conexión virtual»
«Los capítulos, los consejos, las visitas canónicas y los momentos formativos, no pueden relegarse al ámbito de las conexiones a distancia» porque necesitan relaciones reales, dijo León XIV a los superiores religiosos
El Papa León XIV exhortó a los religiosos a no «relegar» sus reuniones y encuentros «al ámbito de las conexiones a distancia». Lo hizo en la tarde de este miércoles, al reunirse con los participantes en la Asamblea de la Unión de Superiores Generales (USG). El encuentro se celebra hasta el viernes con el lema Fe conectada: vivir la oración en la era digital.
«Sería miope ignorar las extraordinarias oportunidades que ofrece para la comunión y la misión» el mundo digital, reconoció el Santo Padre según recoge Vatican News. Por ejemplo, permite «llegar a personas lejanas, incluso a quienes, por vías ordinarias, les resulta difícil acercarse a nuestras comunidades». Él mismo se reunió en streaming recientemente con 16.000 jóvenes que participaban en la National Catholic Youth Conference en Indianápolis (Estados Unidos).

Sin embargo, advirtió frente a la tentación «de sustituir las relaciones reales entre las personas por la mera conexión virtual». Este modo de interactuar puede «influir fuertemente, y no siempre para bien, en nuestra forma de construir y mantener» vínculos, abundó.
Indispensable presencia
Para ellos «son indispensables la presencia, la escucha prolongada y paciente, y el compartir en profundidad ideas y sentimientos», dijo citando la exhortación apostólica Christus vivit. Así, «los instrumentos tradicionales de comunión, como los capítulos, los consejos, las visitas canónicas y los momentos formativos, no pueden relegarse al ámbito de las conexiones a distancia».
En este sentido, el Pontífice los invitó a no aplicar un criterio meramente pragmático, de conveniencia, cuando lo que está en juego es la pastoral. Hay que evitar la presunción de «sentirnos gestores de muchos servicios», les dijo. También los alertó sobre el riesgo de «transformar nuestro camino de peregrinos en una carrera desordenada y agotadora, olvidando su fuente y su meta».
Vuelta a lo importante
En este sentido, añadió el Obispo de Roma, el Jubileo es «una ocasión preciosa para volver a lo que realmente importa», «al corazón encendido de Dios» que «guía y alimenta nuestro avance personal y nuestros caminos comunitarios». Por ello, «fundamental en la existencia de todo consagrado es la oración», ese «espacio relacional en el que el corazón se abre al Señor. Rezando, «testimoniamos lo que realmente somos: criaturas necesitadas de todo, abandonadas en las manos providentes y buenas del Creador», les recordó.

Como conclusión, León XIV invitó a los religiosos a «integrar con equilibrio nova et vetera», cosas nuevas y cosas antiguas. Es decir, cuidar la relación con Dios y con los hermanos, sin despreciar los nuevos talentos que el Señor pone en nuestras manos.
Cambio de rumbo en la diócesis de Roma. El Papa León XIV ha decidido recuperar, mediante un motu proprio, el Sector Centro —figura similar a la vicaría— que su predecesor, Francisco, eliminó el año pasado en un intento de superar la brecha entre barrios centrales y periféricos. El Santo Padre justifica su decisión en que durante el año jubilar se está constatando «aún más no solo una especificidad sino también una homogeneidad y unidad del Sector Centro».
El 1 de octubre de 2024, el Papa argentino había firmado el motu proprio La verdadera belleza. En él ordenaba que las prefecturas del Sector Centro se repartieran entre los otros sectores de la diócesis, uno por cada punto cardinal.
Quería responder así a un cierto fenómeno de gentrificación eclesial: el centro romano está sufriendo un «vaciado residencial» y «una lenta pero inexorable reducción del número de parroquias» —solo 35— y «con una afluencia de feligreses mucho menor».
La diócesis de Roma, admitía el entonces Pontífice, había «tenido dificultades para establecer una pastoral eficaz, capaz de captar las necesidades espirituales» en estos barrios. En cambio, en los periféricos, ante la «ausencia de servicios adecuados» las parroquias habían sido «un válido apoyo social y cultural, así como espiritual y pastoral».
El objetivo de Francisco con su reestructuración era que parroquias céntricas y periféricas se pudieran enriquecer mutuamente creando «puentes» en vez de «muros». Así se eliminaría la «tensión bipolar» que había arraigado en la mentalidad tanto social como eclesial. Al revertir el cambio, León XIV ha querido señalar sin embargo que todas estas «motivación, premisas y consideraciones» de Francisco siguen siendo válidas.