El Papa advierte a los políticos: «Cuídense de las élites económicas con ideologías superficiales» - Alfa y Omega

El Papa advierte a los políticos: «Cuídense de las élites económicas con ideologías superficiales»

«Es hora de frenar una locomotora descontrolada que nos lleva al abismo», asegura Francisco en su encuentro con los Movimientos Populares

Yago González
El Papa Francisco, en una imagen de archivo.

El Papa Francisco ha aprovechado su intervención en el IV Encuentro de Movimientos Populares, a través de un vídeo grabado, para denunciar severamente distintos comportamientos de los poderes políticos y económicos: bancos, gobiernos, farmacéuticas, gigantes tecnológicos, medios de comunicación, organismos internacionales de crédito, petroleras, compañías mineras, empresas de alimentación… Para cada uno de ellos, el Pontífice ha rogado «en nombre de Dios» un cambio concreto de actitud, con el objetivo de «ajustar nuestros modelos socioeconómicos para que tengan rostro humano, porque tantos modelos lo han perdido».

«Este sistema, con su lógica implacable de la ganancia, está escapando a todo dominio humano. Es hora de frenar la locomotora, una locomotora descontrolada que nos está llevando al abismo. Todavía estamos a tiempo», ha advertido Francisco, que también ha dado un consejo a los gobiernos y a los políticos de todos los partidos: «Cuídense de escuchar solamente a las élites económicas tantas veces portavoces de ideologías superficiales que eluden los verdaderos dilemas de la humanidad».

Como ha hecho en otras ocasiones desde el estallido de la pandemia de COVID-19, el Papa ha pedido a los grandes laboratorios que liberen las patentes de las vacunas: «Tengan un gesto de humanidad y permitan que cada país, cada pueblo, cada ser humano tenga acceso a las vacunas. Hay países donde sólo el 3 % o el 4 % de sus habitantes han sido vacunados».

A los grupos financieros y organismos de crédito, ha rogado «que permitan a los países pobres garantizar las necesidades básicas de su gente y condonen esas deudas tantas veces contraídas contra los intereses de esos mismos pueblos». También exige a «los países poderosos que cesen las agresiones, bloqueos y sanciones unilaterales contra cualquier país en cualquier lugar de la tierra. No al neocolonialismo. Los conflictos deben resolverse en instancias multilaterales como las Naciones Unidas».

Y a los fabricantes y traficantes de armas les ha conminado a «que cesen totalmente su actividad, una actividad que fomenta la violencia y la guerra, y muchas veces en el marco de juegos geopolíticos que cuestan millones de vidas y de desplazamientos».

Contra la difamación, el grooming y las noticias falsas

El Papa ha pedido a los gigantes tecnológicos «que dejen de explotar la fragilidad humana, las vulnerabilidades de las personas, para obtener ganancias, sin considerar cómo aumentan los discursos de odio, el grooming, las fake news, las teorías conspirativas, la manipulación política». A los medios de comunicación les insta a «terminar con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio, que busquen contribuir a la fraternidad humana y a la empatía con los más vulnerados».

Siguiendo con la tecnología, ha reclamado que las compañías de telecomunicaciones «liberen el acceso a los contenidos educativos y el intercambio con los maestros por internet para que los niños pobres también puedan educarse en contextos de cuarentena».

Respecto al cuidado del medio ambiente, Francisco ha exigido a «las grandes corporaciones extractivas —mineras, petroleras—, forestales, inmobiliarias, agro negocios… que dejen de destruir los bosques, humedales y montañas, dejen de contaminar los ríos y los mares, dejen de intoxicar los pueblos y los alimentos». Y a las grandes corporaciones alimentarias, «que dejen de imponer estructuras monopólicas de producción y distribución que inflan los precios y terminan quedándose con el pan del hambriento».

Salario básico y reducción de jornada laboral

El Pontífice ha propuesto algunas opciones para mejorar las condiciones materiales, especialmente de los más desfavorecidos. Por ejemplo, la creación de un ingreso básico o salario universal «para que cada persona en este mundo pueda acceder a los más elementales bienes de la vida». «Es tarea de los Gobiernos establecer esquemas fiscales y redistributivos para que la riqueza de una parte sea compartida con la equidad sin que esto suponga un peso insoportable, principalmente para la clase media —generalmente, cuando hay estos conflictos, es la que más sufre—. No olvidemos que las grandes fortunas de hoy son fruto del trabajo, la investigación científica y la innovación técnica de miles de hombres y mujeres a lo largo de generaciones», ha señalado Francisco.

Asimismo, ha instado a «analizar seriamente» la posibilidad de reducir la jornada laboral. «En el siglo XIX los obreros trabajaban doce, catorce, dieciséis horas por día. Cuando conquistaron la jornada de ocho horas no colapsó nada como algunos sectores preveían. Entonces, insisto, trabajar menos para que más gente tenga acceso al mercado laboral es un aspecto que necesitamos explorar con cierta urgencia. No puede haber tantas personas agobiadas por el exceso de trabajo y tantas otras agobiadas por la falta de trabajo», ha indicado.

Contra los discursos intolerantes y xenófobos

El Papa también ha reclamado a los líderes religiosos «que nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras ni golpes de Estado».

«Es necesario que juntos enfrentemos los discursos populistas de intolerancia, xenofobia, aporofobia —que es el odio a los pobres—, como todos aquellos que nos lleve a la indiferencia, la meritocracia y el individualismo; estas narrativas sólo sirvieron para dividir nuestros pueblos y minar y neutralizar nuestra capacidad poética, la capacidad de soñar juntos», ha destacado Francisco.