El Papa ha vuelto a reivindicar el ecumenismo frente a las sociedades cada vez más secularizadas al recibir en audiencia a la delegación de la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia, llegada a Roma en peregrinación con ocasión de la fiesta de san Enrique.
Ante la secularización de la sociedad, Francisco ha resaltado «la urgencia de testimoniar la presencia del Dios viviente». Para el Pontífice, el «principal desafío común en el ecumenismo es confirmar la centralidad de la cuestión de Dios, no de un Dios cualquiera, sino de aquél Dios que nos ha revelado su rostro concreto en el hombre de Jesús de Nazaret».
En su discurso, el Santo Padre también se ha referido a la conmemoración de la Reforma acaecida el año pasado, «que ha reforzado y profundizado en la comunión entre luteranos, católicos y sus compañeros ecuménicos en todo el mundo». Se trata, por tanto, «no un punto de llegada, sino un punto de partida en la búsqueda ecuménica de la unidad plena y visible».
Antes de concluir, el Papa ha invitado a rezar para que los «cristianos en todo el mundo podamos ser instrumentos» de la paz del Señor, «trabajando juntos en medio de los pueblos divididos como servidores de su amor curativo y reconciliador».