Francisco, a migrantes y cooperantes en Casa Santa Marta: «El privilegio es una deuda»
Francisco ha recordado a los trabajadores humanitarios que, al haber nacido en un país con oportunidades como Italia, «lo que hacéis no es un plus, es un deber»
El Papa Francisco ha recibido este viernes en su residencia de Casa Santa Marta a un grupo de migrantes, voluntarios y trabajadores de Mediterranea Saving Humans, una ONG italiana dedicada al rescate marítimo de refugiados. También los ha acompañado Mattia Ferrari, capellán de esta entidad benéfica, y el cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. En total sumaban 23 personas.
Entre los migrantes ha estado el camerunés Mbengue Nyimbilo Crepin, más conocido por sus amigos como Pato. Su mujer y su hija de 6 años murieron este julio mientras él intentaba llegar a Europa. Acabó desplazado en furgón al desierto entre Túnez y Libia por las autoridades tunecinas tras haberse acercado a su costa. Francisco ha escuchado con emoción su historia y le ha asegurado que mientras le escuchaba ha rezado por su difunta familia.
Por su parte, otro migrante, David, de Sudán del Sur, ha contado que pasó mucho tiempo recluido en un centro de detención en el norte de África. Ha agradecido al Papa el ánimo que envía a los refugiados. «No nos dais solamente un sueño, nos acogéis», le ha dicho.
Francisco ha agradecido a los cooperantes y voluntarios el trabajo que hacen salvando vidas en el Mediterráneo y les ha recordado que, al haber nacido en un país con oportunidades como Italia, «lo que hacéis no es un plus, es un deber». «El privilegio es una deuda», ha añadido.
Antes de despedirse, el Papa ha rezado por los presentes y pedido a Dios que cuide a quienes «trabajan por los demás». También por quienes se encuentran en campos de detención y «por tantos que sufren». Francisco guarda una relación muy estrecha con Mediterranea Saving Humans. Su jefe de operaciones, Luca Casarini, participó en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo sobre la sinodalidad por petición expresa del Papa, aunque no tuvo derecho a voto en el documento de síntesis.