El mártir Jacques Hamel ya tiene una plaza con su nombre
La pequeña villa de Ermont, a apenas 25 kilómetros de París, inauguró el pasado domingo una plaza en honor del padre Jacques Hamel, asesinado por el Dáesh el pasado mes de julio mientras celebraba la eucaristía en la iglesia de Saint-Etienne-du-Rouvray. Al acto, muy discreto por expreso deseo de la familia, acudieron representantes todas las comunidades religiosas del municipio.
«Es una plaza que no tenía nombre», afirma el alcalde de Ermont, el republicano Hugues Portelli, tal y como recoge el diario francés Le Parisien. Y añade: «Está situada justo delante del centro parroquial Juan Pablo II. Por eso tenía sentido colocarla aquí». Además, la decisión de poner el nombre de Hamel a una plaza fue aprobada por unanimidad en el Pleno del Ayuntamiento hace ya dos meses, aunque su inauguración se retrasó porque querían esperar a que el dolor por la pérdida del sacerdote se fuese serenando.
En el acto, Portelli le describió como «un mártir de la fe, asesinado mientras celebraba la Eucaristía por terroristas islamistas. Ejemplo de diálogo entre religiones y entre las comunidades de su parroquia de las afueras de Rouen, se une a todos los inocentes víctimas del fanatismo de nuestro país y del mundo».