El Jubileo de los Diáconos llega a su fin con la cercanía del Pontífice
En el texto del Ángelus, el Papa ha recordado el «vergonzoso aniversario» de la guerra de Ucrania, que mañana cumple tres años. También ha agradecido el cariño que está recibiendo estos días y la dedicación del personal sanitario
La delicada salud del Papa Francisco no ha evitado que se celebrase este domingo la Eucaristía que ha marcado el cierre del Jubileo de los Diáconos, que ha tenido lugar estos días en Roma. Al igual que en el Jubileo de los Artistas de la semana pasada, el texto de la homilía que el Pontífice había preparado para la ocasión ha sido pronunciado por otra persona. Concretamente, su lectura ha sido delegada en el arzobispo Rino Fisichella, proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, quien también ha presidido la ceremonia en la que también se han ordenado 23 nuevos diáconos.
«En esta celebración eucarística sentimos al Papa Francisco, aunque en la cama de hospital, cercano y presente en medio de nosotros y esto nos obliga a hacer aún más fuerte e intensa nuestra oración para que el Señor lo asista en su momento de prueba y enfermedad», ha señalado Fisichella.
Las tres claves del diaconado
En la lectura de la homilía, las palabras del Santo Padre han girado en torno a la palabra «gratuidad», una «dimensión fundamental de la vida cristiana» y también del ministerio del diaconado. Para ello, ha subrayado tres aspectos concretos: el perdón, el servicio desinteresado, y la comunión.
«Una tarea esencial del diácono y elemento indispensable para toda convivencia humana». Así ha definido el perdón, especialmente en un mundo «desgarrado por guerras interminables, divisiones y venganzas», donde necesitamos seguir creando «hogares acogedores y seguros, en nosotros y en nuestras comunidades».

Por otro lado, el servicio desinteresado no es una «actitud accesoria» de las acciones del diácono, sino una «dimensión sustancial de su ser». Poniendo de ejemplo a un escultor o un pintor, las palabras de Francisco han destacado que la persona con este sacramento debe ser «rostro misericordioso del Padre y testigo del misterio de Dios».
La comunión ha sido el último elemento que ha destacado el Papa en la homilía leída por Fisichella. «Dar sin pedir nada a cambio une y crea vínculos, porque expresa y alimenta un estar juntos que tiene como meta el don de sí y el bien de las personas», ha reflexionado. «Esto es lo que hacen ustedes, maridos, padres y abuelos que están dispuestos, en el servicio, a extender sus familias a los necesitados, vivan donde vivan».
«Un aniversario vergonzoso»
Desde el Hospital Gemelli de Roma, donde se encuentra ingresado desde el 14 de febrero, el Papa Francisco ha difundido, a través de la Oficina de Prensa, el texto del tradicional rezo mariano del Ángelus. En él, el Santo Padre ha agradecido todas las muestras de cariño que está recibiendo estos días, así como la dedicación del personal sanitario. «Continúo con confianza mi hospitalización siguiendo el tratamiento necesario; ¡y el reposo también forma parte de la terapia! Agradezco sinceramente a los médicos y al personal sanitario de este hospital la atención que me están prestando y la dedicación con la que prestan su servicio a las personas enfermas».
Además, el Santo Padre ha recordado que este lunes se cumple el tercer aniversario del inicio «a gran escala contra Ucrania». Un aniversario «doloroso y vergonzoso para toda la humanidad», ha destacado el Pontífice, quien también ha reiterado su solidaridad con los damnificados. «Los invito a recordar a las víctimas de todos los conflictos armados y a rezar por el don de la paz en Palestina, en Israel y en todo Oriente Medio, en Myanmar, en Kivu y en Sudán».
Continuando con los agradecimientos de estos días, el Papa ha reconocido que los dibujos de los pequeños le han emocionado especialmente. «He recibido tantos mensajes de afecto estos días y me han emocionado especialmente las cartas y dibujos de los niños. Gracias por esta cercanía y por las oraciones de consuelo que he recibido de todo el mundo. Encomiendo a todos a la intercesión de María y les pido que recen por mí», concluye el texto.