El Instituto Juan Pablo II pide formación y acompañamiento para las familias de acogida

«Las familias acogedoras necesitan una sociedad acogedora. No podemos renunciar a eso. En este último año, se han descuidado un poco los recursos para este fin» en Italia, denunció el pasado martes Anna Guerrieri, responsable de Scuola Coordinamento CARE y una de las ponentes de ¿Qué formación para las familias de acogida?, un seminario web organizado el 21 de noviembre por el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para animar y proporcionar recursos a las familias que se plantean tanto la adopción, ya sea nacional o internacional, como la acogida.

Durante su intervención, la italiana ha señalado que «cuando una familia se acerca a la idea de adoptar o acoger a un menor extranjero no acompañado necesita sentir que su disponibilidad florece en una sociedad que cree en la acogida». «Si no», ha advertido, «corre el riesgo de sentirse sola y aislada». Algo especialmente frecuente debido a los largos trámites para realizar una adopción internacional, que en Italia se prolongan de media 52 meses, algo más de cuatro años.

Por otro lado, Guerrieri ha señalado que, durante 2022, el 57 % de los 12.815 menores en acogida temporal en el país transalpino se había confiado a terceras personas, frente a un 43 % que permaneció con parientes de su familia extensa, como abuelos o tíos. Un 61 % de estas situaciones se prolongaron durante más de dos años y, de ellas, un 22 % duraron entre dos y cuatro años y un 39 % lo hicieron cuatro años o más.

Durante el seminario web han intervenido también Livia Cadei, presidenta de la Confederación Italiana de Centros de Orientación Familiar de Inspiración Cristiana; Cristina Riccardi, vicepresidenta del Foro de Asociaciones Familiares; Marco Vianelli, director de la Oficina Nacional para la Pastoral de la Familia de la Conferencia Episcopal Italiana; Milena Santerini, profesora de Pedagogía de la Universidad Católica de Milán y vicepresidenta del Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II; así como Maurizio Chiodi, profesor de Bioética en este instituto de inspiración católica.