El dilema más allá del asco
«Estamos ante un dilema», reconoció el senador del PP Ángel Pintado en el Congreso Católicos y Vida Pública. Las rotundas palabras del exministro Ruiz Gallardón sobre la retirada de la reforma del aborto («me da asco»), aumentaron la indignación de los asistentes al congreso, que afearon a los populares presentes la actitud del Gobierno
Alberto Ruiz Gallardón se ganó un gran aplauso en el Congreso Católicos y Vida Pública cuando afirmó que, sin importar los motivos, la retirada de la reforma del aborto «lo único que me da es asco». Visiblemente conmovido, el ex ministro compartió que la principal causa que le movió a intentar reformar la ley es precisamente «la que menos apoyo social tenía» en las encuestas: el aborto eugenésico. «Me he reunido con muchas familias, y eran ellos los que me decían: ¿Cómo es posible que alguien piense que este hijo mío con síndrome de Down, o con esta discapacidad, tiene menos derecho a nacer?».
Cuando llegó al Gobierno, «sabía lo que quería hacer, pero no me duelen prendas en reconocer que necesitaba mucha ayuda sobre cómo hacerlo. Sabía que defender el derecho a la vida tenía que ser la marca sobre la cual construyésemos un nuevo tiempo» y se superara la «pretendida superioridad moral de la izquierda». Recurrió al presidente del Foro Español de la Familia, don Benigno Blanco, y «fue él quien me ayudó con su tiempo y entusiasmo, quien me acompañó en los momentos más difíciles» y quien, ahora, «tiene la generosidad de decir que la lucha ha merecido la pena».
Las palabras del ex ministro generaron expectativa ante la presencia en el congreso de otros representantes del Partido Popular. Aunque la mayoría de sus intervenciones se centraron en la familia, en los turnos de preguntas los asistentes manifestaron su enfado por la actitud del partido. «Es evidente que muchos de nuestros electores están muy disgustados, sorprendidos e incluso indignados porque no se haya cumplido hasta ahora este compromiso, y no comprenden las razones», reconoció a este semanario el senador Luis Peral. Otro tanto hizo el también senador Ángel Pintado, que admitió que «estamos ante un dilema muy importante. En toda mi vida política no lo he pasado tan mal como en estas semanas».
Una esperanza moderada
Con todo, miran hacia delante, con dos ideas clave: aún hay tiempo para que el Gobierno rectifique, aunque Peral reconoce que sólo tiene una «esperanza moderada». Y, de momento, no se resignan a abandonar un partido que, en sus principios, aún mantiene la defensa de la vida. Pintado explica que han estado trabajando desde dentro para intentar sacar adelante la ley, y «vamos a seguir trabajando, tratando de convencer a los compañeros de que esto vale la pena. Si no lo conseguimos, nos iremos a nuestra casa con la mayor dignidad». En este sentido, mostró su respeto por toda decisión «madurada y reflexionada» que tomen sus compañeros, tanto «el que se quiera marchar a su casa, el que se vaya para crear otra formación, y el que siga trabajando desde dentro». En la misma idea insistió la diputada Lourdes Méndez, que concluyó su intervención en el Congreso Católicos y Vida Pública afirmando que «la defensa de la vida es una línea roja que no se puede traspasar. Este incumplimiento podría deslegitimar el apoyo del grupo parlamentario a un Gobierno».
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