El cardenal Cobo toma posesión en Roma de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat - Alfa y Omega

El cardenal Cobo toma posesión en Roma de la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat

«Que nadie en nuestra Iglesia se sienta discriminado y fuera de lugar por su origen, por su lengua, por su sexo o por su ideología política», ha reivindicado el arzobispo de Madrid

Ángeles Conde Mir
El cardenal Cobo en un momento de su homilía en la Iglesia Nacional Española de Roma
El cardenal Cobo en un momento de su homilía en la Iglesia Nacional Española de Roma. Foto: Daniel Ibáñez.

Pasadas las diez y media de la mañana ha comenzado la ceremonia en la Iglesia Nacional Española de Santiago y Montserrat con la que el cardenal José Cobo ha tomado posesión de este templo en Roma. La tradición marca que a cada purpurado del mundo se le asigne una sede parroquial en la Ciudad Eterna.

La misa ha comenzado con la lectura de la bula por la que el Papa Francisco otorga a José Cobo la titularidad de la casa de los españoles en Roma, «el insigne templo de Santa María de Montserrat de los Españoles», rezaba el documento firmado por el Pontífice.

Al comenzar la Eucaristía, el cardenal Cobo ha improvisado unas palabras de saludo a los asistentes: «No me resisto a dar la bienvenida a todos y abrir el corazón entre los españoles y distintas comunidades en esta iglesia de Roma». Decenas de españoles residentes en la Ciudad Eterna, así como los seminaristas de Madrid, han acompañado al cardenal en una Iglesia Nacional Española que se ha quedado pequeña para la ocasión.

Además de distintos sacerdotes de la diócesis de Madrid, concelebraban junto al cardenal Cobo el rector de Montserrat, José Jaime Brosel Gavilá; el cardenal Juan José Omella, presidente de la CEE; el cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente de la Gobernación del Estado Ciudad del Vaticano; el cardenal Luis Francisco Ladaria, prefecto emérito del Dicasterio para Doctrina de la Fe; y el rector del Pontificio Colegio Español de San José, Carlos Comendador.

Decenas de residentes en Roma, los sacerdotes del Pontificio Colegio Español de San José y un nutrido grupo de Madrid han acompañado al cardenal Cobo en esta jornada de celebración
Decenas de residentes en Roma, los sacerdotes del Pontificio Colegio Español de San José y un nutrido grupo de Madrid han acompañado al cardenal Cobo en esta jornada de celebración. Foto: Daniel Ibáñez.

«Quedo vital y entrañablemente vinculado» a Montserrat

En su homilía, el cardenal Cobo ha asegurado que la de este domingo en Roma no es una celebración solo suya o un acto protocolario, sino que se trata de una «una celebración de toda la Iglesia que tiene como centro a Cristo que es quien la construye». A continuación, ha recordado los emotivos momentos que vivió en septiembre, cuando fue creado cardenal por el Papa Francisco. Ese fin de semana celebró la Eucaristía en esta iglesia Nacional de los Españoles «a la que quedo vital y entrañablemente vinculado», ha asegurado.

«No puedo dejar de expresar mi agradecimiento y comunión con el Papa Francisco que me ha encomendado este servicio que se hace patente con la presencia de todos vosotros a los que de verdad y de corazón agradezco que hayáis venido», ha agradecido el cardenal que ha tenido palabras de afecto hacia todos los presentes.

Ha dado las gracias al cardenal Omella, «en este Madrid-Barcelona que hacemos aquí en Montserrat», ha bromeado; al rector de Montserrat; a la iglesia Nacional Española; al Pontificio Colegio Español de San José; y a las autoridades civiles personificadas en la embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá.

La embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, en un momento de la ceremonia
La embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, en un momento de la ceremonia. Foto: Daniel Ibáñez.

En su homilía, el cardenal Cobo ha subrayado que Jesús atraviesa todas las realidades humanas y «pone en valor lo cotidiano como lugar de la intervención de Dios». «Por eso, hoy nos pide ir con Él y dejar que nos enseñe a entrar sin temor en todas las casas para aprender a seguirle especialmente en todo en lo pequeño y cotidiano», ha insistido. Así, ha explicado que Jesús «no nos llama a crear un sistema de normas cerrado en un reglamento inflexible, sino a caminar juntos respondiendo compasivamente a la realidad que se esconde tras cada puerta». Dios invita a actuar mediante «la misericordia, la búsqueda sinodal de la verdad, el amor y la entrega generosa de la propia vida», ha dicho Cobo.

Por ello, ha precisado que para esta misión es imprescindible «el Evangelio como brújula irrenunciable y el Espíritu por delante, pero sin esperar que se nos predetermine al detalle la hoja de ruta». En este punto de la homilía se ha producido un momento simpático cuando al cardenal se le ha trabado la palabra «predetermine». Al salir del paso ha añadido que «la predeterminación es complicada», lo que ha provocado una carcajada entre los fieles.

Después, José Cobo ha reflexionado sobre el sentido negativo de la expresión «tomar posesión», porque «Cristo no nos llama a poseer nada, sino a acoger la suprema pobreza que es apoyarse solo en Él». «Un cardenal nunca podrá tomar posesión, porque podría sonar a la pretensión de apropiarse de algo. Un sacerdote no toma posesión. Más bien se expropia al servicio de los demás. Nos ayuda recordar que esta Iglesia en la que inicio mi ministerio tuvo como fin principal servir de lugar de acogida y hospitalidad a los peregrinos españoles en Roma, especialmente a los pobres y enfermos», ha señalado.

Por último, ha invitado a abrir tres puertas «como las que abre Jesús para entrar en cada casa». La primera la de la obediencia, especialmente dirigida a los seminaristas. «Yo nunca pensé, ni de lejos, estar hoy aquí; pero la obediencia a Dios nos pone en estos misteriosos disparaderos», ha confesado. La segunda puerta es la del servicio. Cobo ha asegurado que, para servir, hay que escuchar y acoger primero, y ha expresado un deseo: «Que nadie en nuestra Iglesia se sienta discriminado y fuera de lugar. Nadie por su origen, por su lengua, por su sexo, por su ideología política, puede quedar al margen de la Iglesia, ni de ninguna parroquia ni realidad eclesial». La tercera y última puerta es ayudar a construir la Iglesia. El cardenal aquí ha manifestado su adhesión total al Papa porque «la unidad solo es posible cum Petro et sub Petro»: «Pedro es piedra en cuanto fundamento visible de la unidad de la Iglesia. Y cada bautizado está llamado a ofrecer a Jesús su propia fe, pobre, pero sincera, para que Él pueda seguir construyendo su Iglesia hoy».

«Bienvenido a esta, su casa»

El titular de la Española de Santiago y Montserrat ha despedido su homilía pidiendo a Dios «que me auxilie en este servicio que el Papa y a la Iglesia nos encomienda y que Santa María de Montserrat de los Españoles interceda siempre por nosotros y nos ayude a participar en los bienes y las llamadas del Evangelio».

Al concluir la Eucaristía el cardenal Cobo ha dado las gracias a todos «por hacer posible esta celebración» y a todos los que han acudido. El rector de Montserrat, José Jaime Brosel, ha tomado la palabra para recordar que José Cobo releva al cardenal Carlos Amigo como titular de la casa de los españoles en Roma. La Misa de este domingo se ha celebrado con el cáliz que regaló entonces el purpurado a su parroquia romana. Por su parte, el cardenal Cobo regalará a Montserrat la casulla con la que ha celebrado la toma de posesión.

«Esta Iglesia ha tomado posesión de usted. Regalarnos la casulla que hoy porta será, etimológicamente, una invitación a seguir siendo, desde la centralidad de la Eucaristía, casa y hogar. Sabemos que podemos contar con su estímulo, presencia y oración. Le aseguramos la nuestra. Señor cardenal, estimado don José, bienvenido a esta, su casa», se ha despedido el Rector de la Iglesia Nacional Española.