Si decimos que El beso de Dios es un documental sobre la Eucaristía seguramente nos imaginemos algo que poco tiene que ver con lo que nos ofrece esta película. La razón es que el director no ha querido plasmar una catequesis convencional con la pedagogía cinematográfica, sino que, como graduado en Comunicación Audiovisual, ha deseado filmar una obra artística y muy personal, sin concesiones a las demandas comerciales. Y ¿quién es este valiente realizador? Se trata de Pietro Ditano, un joven de padre italiano y madre española que abandonó sus estudios a la vez que su fe para tratar de triunfar en el mundo de la moda en Milán. Pero su inquieta alma agustiniana le impedía dejar de buscar: probó en el mundo zen, en la espiritualidad new age, se fue a vivir con su novia, se entregó a las fiestas de alto caché y a los coches de lujo… hasta que Armani le dio con la puerta en las narices y un hundido Pietro, como el hijo pródigo, volvió a casa de su Padre implorando el perdón. Tras este camino de conversión a lo Agustín de Hipona retomó sus estudios audiovisuales, que ahora dan fruto en este singular mediometraje documental sobre la Eucaristía.
El beso de Dios es una coctelera con muchos y variados ingredientes. Naturalmente el primero de ellos está formado por entrevistas, muy variopintas, que van de lo más elevado a lo más de andar por casa. Así, junto a los teólogos norteamericanos Scott Hahn, Ralph Martin y Mary Healy, contamos con declaraciones muy testimoniales de los jóvenes Bea Morillo y Fer Rubio. A ellos se añaden personajes como el cardenal Raniero Cantalamessa, el novelista Tony Gratacós, la clarisa británica Briege McKenna, el famoso piloto de carreras Emerson Fittipaldi, o el actor Pietro Sarubbi –que se convirtió interpretando a Barrabás en la película La Pasión de Cristo de Mel Gibson–. Otro elemento es el narrador, el actor mexicano converso Eduardo Verástegui, cuya voz en off va conectando el sacrificio eucarístico con sus raíces veterotestamentarias. Probablemente esta sea la parte que más exige del espectador. En tercer lugar, la película sigue el orden pedagógico de la liturgia eucarística, y para ello el sacerdote español José Pedro Manglano va explicando el sentido de las distintas partes de la Misa, a la vez que le vemos celebrar una Eucaristía en una playa con un entorno grandioso, como si se tratara de una catedral natural. Todo el documental está trufado de unas espectaculares imágenes de naturaleza en estado puro que indican la conexión entre Cristo, centro del cosmos, y la creación, redimida y liberada con su sangre.
Finalmente, en la película se nos va entregando fragmentadamente una metáfora dramatizada de la relación nupcial entre el alma y el Esposo, entre la Iglesia y Cristo, que tiene lugar durante la celebración eucarística. Se trata de una dramatización muy poética, sugerente y abierta, que interpreta la actriz mallorquina Isabel Bonnín. En definitiva, una película arriesgada, que no gustará a todos por igual, pero que tiene el mérito de la libertad expresiva de un converso que quiere compartir con el mundo entero lo más valioso de su fe.
Pietro Ditano
España
2022
Documental
Pendiente de calificación