El arzobispo de Dublín rechaza la violencia tras el apuñalamiento de tres niños
Una niña de 5 años y una maestra están muy graves. El ataque desencadenó los peores disturbios en el país en décadas
El arzobispo católico de Dublín (Irlanda), Dermot Farrell, invitó el pasado jueves a todos sus diocesanos a «unirse en la oración especialmente por la curación de los heridos» en el apuñalamiento que se produjo ese mismo día delante de una guardería en la plaza Parnell de la ciudad. Una niña de 5 años y una mujer en la treintena, empleada de la escuela infantil Gaelscoil Choláiste Mhuire, fueron gravemente heridas. Otra niña de 6 años y un niño de 5 recibieron heridas más leves.
En unas declaraciones que recoge la agencia católica italiana SIR, Farrell confesó su «absoluta incredulidad» ante «el terrible ataque» ocurrido en la guardería. Subrayó que es «especialmente angustioso» el hecho de que se produjera «fuera de una escuela, que involucre a víctimas inocentes, incluyendo niños. No hay manera de escapar del dolor y el sufrimiento que ha causado a tanta gente. No esperamos que hechos como este ocurran tan cerca de casa», confesó.
Asimismo, el arzobispo pidió «la gracia de vivir nuestra vida en santidad, libres de toda violencia». Era su forma de llamar a la calma ante los disturbios que se produjeron a continuación y que se prolongaron hasta entrada la noche en la capital. En respuesta, el Gobierno ha reforzado la presencia policial para este viernes. El primer ministro, Leo Varadkar, ha advertido de que hay más protestas programadas a través de las redes sociales.
El comisario jefe de la Policía irlandesa (Garda), Drew Harris, pidió a la ciudadanía que ignore «los rumores» que circulan en la redes sociales sobre la identidad del atacante. Se trata, aseguró, de «información malintencionada» diseminada por grupos «para sus propios fines».
Incendios y saqueos
La Garda ha detenido al supuesto agresor, que también resultó herido tras ser reducido por viandantes. Aunque no ha informado aún sobre su identidad o el motivo del ataque, se sabe que es de origen extranjero pero lleva unas dos décadas en el país y tiene nacionalidad irlandesa. Poco después del crimen, las redes sociales comenzaron a llenarse de informaciones sobre su presunto origen magrebí.
Este fue el desencadenante de las protestas violentas de la tarde y noche del jueves, convocadas a través de las redes sociales y que se saldaron con 34 detenidos y varios policías heridos, según EFE. Harris ha descrito ante los medios la «enorme destrucción» provocada en «desórdenes violentos graves» por «una turba desenfrenada» y «radicalizada» durante los peores disturbios en «décadas».
Entre 200 y 400 personas atacaron con fuegos artificiales, botellas y otros objetos a los agentes. Quemaron siete vehículos, incluidos tres autobuses urbanos y un tranvía y causaron daños a once vehículos policiales. También atacaron y saquearon 13 establecimientos, sobre todo tiendas de deportes. La Garda desplegó más de 400 agentes, entre ellos 250 antidisturbios. «No podemos entregar la ciudad a matones, saqueadores y pirómanos».
Varadkar ha asegurado que lo ocurrido ha «avergonzado» a todo el país. «Algunos decidieron que la mejor manera de responder a ese terrible suceso era tomar las calles de Dublín para aterrorizar, intimidar, saquear y destruir», ha lamentado. «Quiero decirle a una nación que está inquieta y asustada que esto no nos representa», ha declarado. También ha elogiado la respuesta de ciudadanos de «diferentes nacionalidades» para reducir al atacante. Son «auténticos héroes de Irlanda».