«El aparato comunista consideraba a Karol Wojtyla el enemigo número uno» - Alfa y Omega

«El aparato comunista consideraba a Karol Wojtyla el enemigo número uno»

Un congreso de la Universidad Gregoriana de Roma busca desmontar los bulos fabricados por los servicios secretos comunistas contra el Papa polaco

Rodrigo Moreno Quicios
Papa Juan Pablo II
Karol Wojtyla era considerado el enemigo público número uno por los servicios secretos de Cracovia. Foto: CNS.

«Durante el pontificado de Juan Pablo II llegó a correr el bulo de que tenía una hija en Rusia, lo cual era absurdo, porque jamás había tenido ningún contacto con el país», explica Paweł Ptasznik. Es polaco, vive en Roma y preside la Fundación Juan Pablo II. A la salida de la Pontificia Universidad Gregoriana, un centro ligado a la Compañía de Jesús, comenta con Alfa y Omega sus impresiones sobre Juan Pablo II y los servicios secretos comunistas, un congreso celebrado el 18 de octubre sobre la implicación de la URSS y sus satélites en el fallido atentado perpetrado por Mehmet Ali Agca el 13 de mayo de 1981 y la desinformación sobre el Papa polaco.

Ptasznik recuerda que Karol Wojtyla se enfrentó toda su vida a los bulos debido a su firme condena de los atropellos del comunismo. Cuando solo era arzobispo de Cracovia, antes de ser Papa, los servicios secretos polacos ya crearon la noticia falsa de que mantenía a una amante. «La historia es fascinante, porque los agentes secretos que se inventaron esta noticia se emborracharon, fueron detenidos por un policía honrado que se enteró de todo y le reportó el chisme directamente al arzobispo», añade el presidente de la fundación.

«Es necesario movilizar a estudiosos que investiguen la verdad».
Paweł Ptasznik
Presidente de la Fundación Juan Pablo II

El polaco se muestra optimista con que iniciativas como el congreso organizado en la Gregoriana puedan acercar a los jóvenes a un pontífice que medio mundo se empeñó en presentar de forma deliberadamente incorrecta. Cree que, en muchos ambientes, la mentira persiste y recalca la necesidad de «movilizar a estudiosos que puedan contribuir a una investigación de la verdad».

Es una intuición similar a la que compartió durante el congreso Angela Ambrogetti, una veterana periodista en Roma que ha cubierto los pontificados de los tres últimos Papas y es autora del libro Compañeros de viaje. Entrevistas sobre la marcha con Juan Pablo II. Durante su intervención, la italiana consideró que a día de hoy, aun con el muro de Berlín derribado, muchos bulos sobre Karol Wojtyla siguen vivos: «Sabemos que no fue solo contra él, sino que fue un trabajo continuo de décadas que ha cambiado lentamente la narrativa, también occidental, a través de una serie de mentiras», aseguró.

«Con la desacreditación de un obispo se puede minar la fe».
Angela Ambrogetti
Directora editorial de ACI Stampa

En la Facultad de Historia y Bienes Culturales de la Iglesia de la Gregoriana, la vaticanista subrayó la importancia de revertir las informaciones falsas, porque «a través de la desacreditación de un obispo se pueden minar la fe, el trabajo social y la historia de un pueblo». «Esa fue la actividad de los servicios secretos comunistas en Polonia contra el arzobispo Wojtyla», añadió.

«El enemigo número uno»

Łucja Marek, especialista del Instituto de la Memoria Nacional Polaca, también habló durante el congreso para destacar que la Iglesia católica en Polonia durante el Gobierno comunista «estaba siendo empujada fuera de la sociedad» y que, aunque «no buscaba el conflicto», Juan Pablo II «tampoco era huidizo y exponía con firmeza la verdad de la Iglesia a través del diálogo pacífico de su servicio sacerdotal».

«Juan Pablo II exponía con firmeza la verdad de la Iglesia».
Łucja Marek
Instituto de la Memoria Nacional Polaca

La estudiosa polaca argumentó que la toma de esta postura llevó a que «el aparato comunista considerara a Karol Wojtyla el enemigo número uno». Y recordó que, «desde 1955, los servicios secretos de Cracovia realizaron una operación de observación y vigilancia con el nombre en clave pedagogo para espiar a Juan Pablo II por su labor pastoral con los universitarios».

Finalmente, en el congreso se leyó una carta de Karol Nawrocki, presidente del Instituto de la Memoria Nacional Polaca, quien afirmaba que «Juan Pablo II contribuyó en modo decisivo a los esfuerzos que llevaron al colapso del comunismo en Europa Central y del Este». Su misiva concluía diciendo: «Era odiado por varios exponentes del partido comunista y, cuando tras el atentado de 1981 los fieles rezaban por su pronta recuperación, Leonid Brézhnev llegó a decirle a un responsable del KGB: “Solo podemos soñar con que Dios lo llame lo antes posible”».

Carrera literaria

La Segunda Guerra Mundial frustró la carrera literaria de Wojtyla, quien sin embargo escribió un ramillete de obras poco conocidas en España. Es el caso de Jeremías, que acaba de ser traducida al castellano. El texto, publicado por Didaskalos, fue presentado el 23 de octubre en la Universidad Abat Oliba CEU. «Wojtyla fue testigo del dolor de la guerra y escribió Jeremías para consolar al pueblo polaco, alentar su fe y fortalecer su esperanza», explica la editora Carmen Álvarez, que destaca el concepto de nación que presenta Wojtyla y la importancia de la moral como prevención ante el desmoronamiento del Estado.