Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Estoy seguro de que muchos creyentes, por no decir todos, especialmente cristianos y más en particular católicos, se han encontrado ante situaciones de sufrimiento propias o ajenas en las que la fe se ha puesto en cuestión. ¿Quién no ha sentido el silencio de Dios ante el dolor o ante una catástrofe? En situaciones que nos superan, hemos elevado los ojos al cielo esperando que se produjera un milagro que no llega. En cierta ocasión, un sacerdote me contaba el reproche de un niño que le dijo ante la muerte de un ser querido: «Usted me dijo que Dios siempre escucha la oración de los niños». ¿Qué responder ante algo así?

Son muchos los libros que se han escrito para dar una respuesta de fe al problema del sufrimiento. Han corrido ríos de tinta para explicar que Dios es compasivo y sufre con nosotros en Cristo. Entonces, ¿qué aporta este libro que hoy presentamos? El currículum de su autor es excelente. Doctor en Teología y consultor del Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Podríamos decir que es la persona adecuada para dar razones teológicas contra todos los que reniegan de Dios ante el mal. Sin embargo, el valor de este libro no está en los argumentos que emplea, sino en que quien lo escribe lo hace desde su propia experiencia de fe y de sufrimiento, por una parte, y desde su experiencia como pastor, como alguien que ha tenido que escuchar y acoger mucho sufrimiento.

Este libro nos ayuda a dar sentido a nuestros sufrimientos y, en consecuencia, mueve a la esperanza. Y por eso nos habla del silencio de Dios, pero también nos habla de oración, porque es en ese diálogo de amor con Aquel que nos ama como todos los deseos que hay en el corazón del ser humano encuentran respuesta. Porque es en la oración, lugar de aprendizaje de la esperanza, donde el silencio de Dios se hace palabra. En el silencio de Dios, la Palabra se hizo carne y entregando su vida dio respuesta a todos nuestros anhelos. Y nos habla de presencia de Dios, porque a través de ella aprendemos lo que es el abandono y la confianza.

Este libro se cierra con un capítulo dedicado a santa Isabel de la Trinidad. El día de su canonización el Papa Francisco, comentando el pasaje del Evangelio de Lucas: «Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche», decía: «Gritar, no cansarse y, si te cansas, pide ayuda para mantener las manos levantadas… Orar no es refugiarse en un mundo ideal, no es evadir a una falsa quietud. Por el contrario, orar y luchar, y dejar que también el Espíritu Santo ore en nosotros».

Silencio de Dios, silencio de los hombres

Autor:

Patrick Chauvet

Editorial:

Palabra

Año de publicación:

2024

Páginas:

160

Precio:

13,90 €