Trabajar desde el modelo biopsicosocial, por muy rimbombante que suene, hace referencia a un forma de trabajar con la persona de forma integral. Quiere decir que en Proyecto Hombre trabajamos con todos los aspectos que nos sustentan a la vez, sin dejar atrás ninguno. Tenemos presente que las personas somos seres únicos y valiosos que somos influidas por nuestros pensamientos, emociones, acciones u omisiones, valores, encuentros y desencuentros…
Detrás de cada persona está su historia. Y las decisiones que tomó o toma en función de lo que ocurre.
Siempre que tomamos una decisión lo hacemos porque creemos que es la mejor que podemos tomar en ese momento. Y lo creemos firmemente. Claro, que no siempre las consecuencias de lo que hacemos son inmediatas. Y eso es lo que provoca muchas caídas en la vida.
De todas formas, la historia de cada persona es aquello que ella interpreta que ocurre. No es lo que ocurre (que también), sino cómo hacemos lectura de eso en función de nuestro pasado y en función de las posibilidades que creamos que tenemos. Por eso siempre hay gente alrededor que, ante las mismas circunstancias, reacciona y toma decisiones diferentes.
Eso es de lo poco que nos distingue entre humanos: las decisiones que tomamos en función de las circunstancias que nos ocurren y la definición que hacemos de ellas…
En Proyecto Hombre sabemos de esto. No solo por las personas que inician o continúan un proceso cada día, sino porque cada persona de las que trabajamos aquí seguimos en proceso continuo, mirando hacia adentro y hacia afuera. Dentro, para continuar nuestro crecimiento personal. Fuera, para poder acompañar con empatía a las personas, familias y voluntariado que cada día camina a nuestro lado, favoreciendo una mirada más amplia y con diferentes perspectivas para poder tomar decisiones diferentes.
Sabiendo que somos iguales. Y que sanar la mirada de nuestra vida pasada y coger herramientas para lo que está por venir, va a ser lo que nos haga caminar hacia la vida que nos merecemos vivir, hacia la plenitud.