«Desgarrada» por su aborto, fue a Proyecto Raquel. Al terminarlo anunció: «Estoy embarazada»
En una sociedad que ve el aborto como única opción, crecen las iniciativas de sanación en la Iglesia. También las ayudas para quien apuesta por sus hijos. Son signos de esperanza ante la Jornada por la Vida
Siempre quiso tener hijos. Colombiana, con 40 años se quedó embarazada pero su marido, español, no quería ser padre. «Se sintió muy presionada y fue a abortar con un dolor inmenso». Después, abrumada, pidió ayuda en una iglesia y desde allí la remitieron a la asociación pública de fieles Spei Mater. En su Proyecto Raquel, de sanación posaborto, le presentaron a María Ángeles Valdés, consejera en Madrid y quien cuenta su historia. En 14 años ha atendido a ocho mujeres; casi todas «hispanoamericanas» que pusieron fin a su embarazo «presionadas por sus parejas». Pero «no he visto a otra con tanto desgarro». Los tres meses previstos de itinerario fueron nueve. Su esposo comenzó a apoyarla. «En la penúltima sesión me dijo: “Estoy embarazada”. ¡Lo que lloramos! Dios estaba ahí».

A Valdés el número de sesiones siempre se le prolonga. «La parte psicológica se trata mejor. La espiritual, el encuentro con Dios que salva, tardan más en asimilarla. No se sienten dignas». Pero cuando «entienden que las perdona y las quiere a pesar de ese pecado, su vida da un giro». Por eso subraya que «acompañar el dolor es una forma de evangelización».
En Guadix, una de las últimas diócesis en sumarse a la cincuentena donde está Spei Mater, el matrimonio de Inma Triguero y Jesús Galera —delegados de Familia y Vida— y cinco consejeros más aún son «novatos». Empezaron en mayo de 2024 tras formarse. Aunque esperan poner en marcha pronto el Proyecto Ángel de apoyo a embarazadas, «vimos muy necesario» empezar por Raquel, subraya Triguero. «Nuestros amigos sanitarios ven cuántas jóvenes abortan como algo natural. ¡Ahí hay muchas heridas!». De momento se están dando a conocer entre los sacerdotes. Hasta han hecho «tarjetas para que tengan en el confesionario».
«No vamos a bajar los brazos» hasta que «la cultura de la vida triunfe». Lo afirmó Alicia Latorre, portavoz de la plataforma Sí a la Vida, al presentar la marcha del mismo nombre que se celebrará el próximo domingo en Madrid. Será a las 12:00 horas desde la esquina de las calles Serrano y Goya hasta la glorieta de Cibeles.
«En las diócesis va habiendo cada vez más programas de ayuda», celebra Miguel Garrigós, secretario de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal en vísperas de la Jornada por la Vida, que la Iglesia celebra el 25 de marzo. En Madrid, se traslada al día 22. La sala capitular de la catedral de la Almudena acogerá a las 18:00 horas la ponencia Me has tejido en el seno materno, de Javier de la Torre. A las 19:00 horas, el cardenal José Cobo presidirá la Eucaristía.
En línea con el Jubileo, la jornada de este año tiene como el lema Abrazando la vida, construimos esperanza. ¿Y si parece que se llega tarde? En Toledo María Suárez, técnico de la iniciativa diocesana Proyecto Mater, apunta que el aumento de mujeres atendidas este año (28) es porque llegan más con síndrome posaborto. Las que piden ayuda para dar una oportunidad a su hijo han bajado. «De los servicios sociales no nos derivan casi a chicas; tampoco los médicos o enfermeros. La primera opción es el aborto», lamenta.

Curiosamente, «las embarazadas que nos llegan suelen ser por el boca a boca de otras que han estado con nosotras. Ellas son las mejores rescatadoras porque saben lo importante que es» tener apoyo para apostar por su bebé. En «tiempos difíciles para la defensa de la vida», con todas las leyes y políticas en contra, «ellas nos enseñan que vale la pena el esfuerzo. Aunque sea con cuentagotas, se salvan vidas»: 144 en Proyecto Mater. «Por un solo bebé vale la pena». También por que una sola mujer reconstruya su vida.
En su mensaje para la Jornada por la Vida, los obispos consideran «crucial» que frente al invierno demográfico «la sociedad impulse políticas públicas» que protejan a las familias, «un entorno económico y social propicio» para que se formen y sean estables y una «cultura que valore el amor conyugal» y la maternidad. «Nos unimos a la petición del Papa de una alianza social» en este sentido. Miguel Garrigós, secretario de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida, explica que aluden a los Estados Generales de la Natalidad de Italia, donde Francisco ha planteado estas prioridades. Señala que estas citas, que en el país transalpino reúnen a voces de la política y la sociedad, podrían ser un modelo.
Aunque «sería muy deseable» una iniciativa de este tipo en España, «por desgracia no tiene pinta de que se vaya a hacer», apunta Alejandro Macarrón, coordinador del Observatorio Demográfico del CEU. «Al Gobierno no parece que le preocupe. Tendría que haber más conciencia social» para movilizar a los políticos, apunta. Por ello, celebra la apuesta de la CEE.