«La adopción es una manera generosa de acoger y cuidar la vida» - Alfa y Omega

«La adopción es una manera generosa de acoger y cuidar la vida»

En el marco de la Jornada por la Vida, que se celebra este viernes, los obispos españoles relanzan la invitación del Papa a las familias a adoptar. Begoña y Fernando lo hicieron cuando ya tenían un hijo biológico

Fran Otero
Begoña del Amo y su marido, Fernando, posan con sus dos hijos. Foto cedida por Begoña del Amo.

Begoña del Amo y su marido, Fernando, decidieron ampliar la familia cuando su hijo mayor tenía 5 años. El modo sería un poco distinto al habitual. Adoptarían. Y no solo eso, sino que su hijo también vendría con una enfermedad rara y, por tanto, necesidades especiales. Así Nacho y Diego Xi, que hoy tienen 15 y 9 años, se convirtieron en hermanos. En conversación con Alfa y Omega, Del Amo habla con naturalidad de la decisión. No se siente especial por ello ni considera que su hijo le tenga que dar las gracias. No ha hecho ninguna obra de caridad, dice. «La motivación para adoptar fue que queríamos tener otro hijo», sentencia nada más empezar. Y esta afirmación sustenta todas las demás.

El ejemplo que pone casi se puede tocar. «Cuando estás embarazada te imaginas a tu hijo, piensas cómo le vas a llamar, cuál va a ser su espacio… Lo quieres antes de dar a luz. Sucede lo mismo cuando adoptas. Es una forma de gestar», explica. Tampoco ve diferencias entre sus hijos: «Hay gente que dice que no podría adoptar porque no es de su sangre, que no le podría querer igual. A mí la sangre me parece superficial. Cuando adoptas no hay nada más que tu hijo. En mi caso, se me olvida que es chino y adoptado. De hecho, lo de padres adoptivos e hijos adoptados son etiquetas que hay que eliminar. Es mi hijo, no mi hijo biológico o adoptado», continúa.

La postura de estos padres casa bien con el magisterio de la Iglesia y de los últimos Papas. Juan Pablo II señaló en Evangelium vitae que «el verdadero amor paterno y materno va más allá de los vínculos de carne y sangre acogiendo a niños de otras familias, ofreciéndoles todo lo necesario para su vida y pleno desarrollo». Más recientemente, el pasado 5 de enero, Francisco dijo en la audiencia general que la adopción «es una de las formas más sublimes de amor y de paternidad y maternidad». En esa ocasión también citó la carta Patris corde sobre san José, donde se recoge que «nadie nace padre, sino que se hace» y que «no se hace solo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente». Y añadió: «Pienso en los que se abren a acoger la vida a través del camino de la adopción, que es una actitud generosa, bella. Este tipo de vínculo no es secundario, no es un expediente».

«La verdadera paternidad y maternidad consisten en este amor auténtico que busca el bien del hijo»
Miguel Garrigós
Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida

Precisamente, los obispos españoles recogen en su mensaje con motivo de la Jornada por la Vida, que se celebra este viernes, la referencia de Francisco a la adopción y la proponen como una verdadera opción. «Es una manera especialmente generosa de acoger y cuidar la vida», señala a este semanario Miguel Garrigós, director del Secretariado de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida. Y dice más: «Las palabras del Papa encierran una gran enseñanza, porque, al fin y al cabo, la verdadera paternidad y maternidad consisten en este amor auténtico que busca el bien del hijo».

Así lo vive Begoña del Amo que, sin embargo, es consciente de que su hijo estaba en un orfanato, en espera de adopción y que no tenía familia. «Sabemos que estaba en otro entorno y que hemos hecho algo bien, que seguramente le hemos dado más oportunidades de las que podía haber tenido», añade. Eso sí, también pone encima de la mesa que la adopción no es un camino de rosas, pues los primeros momentos son complicados. «Se saca a un niño de su entorno y se va con unas personas que hablan en otro idioma y que no conoce de nada. Aunque son niños, comprenden y saben. Diego Xi tenía 18 meses. Entendía e incluso hablaba».

Señala que adoptar cambia la vida. Por la experiencia que se vive y porque a nivel social no se trata con naturalidad. Todavía hay prejuicios y son muchas las preguntas indiscretas y fuera de lugar que tienen que soportar –hay quienes incluso le han preguntado si estaba segura– o comentarios hirientes de los niños en el colegio. En cualquier caso, su experiencia es positiva y por eso cree que, aunque es una decisión personal, la Administración debería promover la adopción. «Hay muchos niños en residencias y centros y habría que moverlo. Hay que dar más información», añade.

Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en 2020 se produjo un descenso en el número de adopciones hasta las 732 adopciones –537 nacionales y 195 internacionales–, una tendencia que se repite en los últimos años. Por contra, más de 3.500 familias estaban pendientes de asignación. En este sentido, Miguel Garrigós constata que las familias que se encuentran en estos procesos «con frecuencia expresan su malestar por la lentitud y por el reducido número de niños que se pueden adoptar en España». Por eso, considera que «hay que fomentar que los trámites burocráticos se agilicen», aunque recuerda que siempre debe primar el bien del niño. El sacerdote hace una última reflexión: «Quizás las mujeres que se plantean abortar puedan, debidamente acompañadas, considerar dar ese niño en adopción».

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