Desaparecen cinco católicos en Malí camino de un funeral
Cuando llamaron al teléfono del padre Dougnon y una voz respondió en árabe, «nos dijimos que seguramente había sido secuestrado» con cuatro feligreses, afirma un amigo
El lunes, el padre Léon Dougnon, párroco de Ségué, en el centro de Malí, y cuatro de sus feligreses abandonaron este lugar para dirigirse a San. Debían representar a su parroquia en el funeral del padre Oscar Théra, previsto para este martes. Nunca llegaron.
«Uno de los amigos del padre Dougnon había recibido varias llamadas perdidas». Cuando las devolvió, una voz respondió «Salaam alaikum». «Nos dijimos que seguramente habían sido secuestrados», dijo a La Croix Africa el padre Kizito Togo, párroco de la catedral de Mopti. Desde entonces, el celular del cura de Ségué parece apagado.
No se han realizado denuncias sobre este presunto secuestro. Pero, en la misma región, un prefecto sufrió un atentado el mismo día y su vehículo fue robado. «En su caso quedó libre, pero en el caso del padre Dougnon y su delegación, aún no se han encontrado el vehículo ni sus pasajeros», dijo el padre Togo.
Colombia deja de buscar a la misionera secuestrada
Desde 2012, una grave crisis de seguridad se ha desatado en el centro y norte de Malí por la presencia de grupos como los rebeldes tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, los salafistas de Ansar Dine, Al-Qaeda en el Magreb Islámico y el Movimiento por la Singularidad y la Yihad en África occidental. Estos grupos yihadistas fueron expulsados, en gran parte, por la Operación Barkhane del ejército francés. A principios de junio, el presidente Emmanuel Macro anunció el final inminente de la misión, presente en el país desde 2013.
El principal grupo yihadista que hace estragos en el centro de Malí es Katiba Macina, afiliado al Frente de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM por sus siglas en árabe). Esta heterogénea coalición formada en 2017 es la que reivindicó el secuestro, ese mismo año, de la misionera colombiana Gloria Cecilia Narváez, que sigue en paradero desconocido.
La semana pasada, la familia de la religiosa fue informada de que una comisión enviada por el Gobierno de su país a Mali para investigar su desaparición e intentar negociar su puesta en libertad abandonaba este encargo. El grupo llegó hace tres meses a Mali, donde debía permanecer hasta agosto. La familia no ha recibido explicaciones sobre el cambio de planes ni sobre quién lo ha ordenado.